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España España · Casablanca
Voto de Rick Blaine:
3
Drama Ramón (Javier Bardem) lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, que da al mar, donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es morir dignamente. En su vida ejercen una gran influencia dos mujeres: Julia (Belén Rueda), una abogada que apoya su causa, y Rosa (Lola Dueñas), una vecina que intenta convencerlo de que vivir ... [+]
1 de mayo de 2008
39 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante mi respeto por la figura de Ramón Sampedro, que como todo suicida fue básicamente valiente.




Nunca estará en mi santoral cinematográfica y sin embargo le reconozco su tesis y sus otros muertos que en una ocasión vimos. Pero a mí la parafernalia Aménabar no me engaña; es un director llamativo y no falto de imaginación superflua, tan manipulador y consciente de su exitosa farsa que me sorprende. Me sorprende tan desmesurado éxito. Yo he visto telefilmes - no los menosprecio por la comparación, ojo - igual de juguetones y exagerados que resultaban interesantes durante unos días, sin más. Tan agradecidos. Hay directores con la misma impronta misteriosa, sorpresiva, que no gozan de tanto mimo (y no nombraré a Shyamalan porque tampoco se puede quejar, pero éste sí ha aportado mucho nuevo y bueno) ni de tanto premio. Hay películas que te arrancan las nalgas con mucho menos y quedan mucho más atrás en el subconsciente colectivo (y no citaré "Caché", por ejemplo, porque la duda ofende).

Amenábar tomó esta historia prestada y nos vendió una moto (náutica) que gripaba de sensacionalismo. Que traía un paquete reaccionario sobre la vida y la muerte, sobre las causas, razones para tomarse un combinado de cianuro. Nos dió la papillita que no quería comerse el señor párroco; un paseo marítimo con muchos amigos y novias y sobrinos medio chalaos que parecían mojones de carretera: "POR AQUÍ SE VA A LA GLORIFICACIÓN DEL GESTO".

Dicho esto y no obstante, la sobrada actoral de Bardem y Dalmau es tremenda, digna. Un aplauso me sale.

"Mar adentro" finalmente no me conmovió (ni me convenció, si es que había que convencer de algo). Creo que, simbólicamente, aquí el único desnucao fue Alejandro Amenábar.

Abre los ojos compadre.
Rick Blaine
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