Secuela muy entretenida de un gran clásico y referente del cine de artes marciales.
Hablar de "El Luchador Manco" es hablar de acción a raudales, combates individuales fascinantes y un maravilloso elenco de secundarios dotados de una espectacularidad sin igual, con una caracterización maravillosa y unas técnicas originales y extravagantes.
Incluye todos los ingredientes necesarios que busca el aficionado al género, y peca de la sobreactuación exagerada, tanto en guión como en escena, de la que tanto abusa este tipo de cine, y que es la culpable de la comicidad de este tipo de obras en Occidente.

No supera ni de largo a la primera parte, pero tener la oportunidad de ver las elongaciones de brazo del Maestro de Yoga, o la técnica mortífera de la Guillotina del Maestro Budista justifica de sobra el tiempo empleado en ver la película, que de seguro te hará pasar un buen rato.

Muy recomendada.