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Voto de Colb:
8
24 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la muerte de sus padres en Kenia, Tony, joven, rico y perteneciente a la aristocracia, adquiere una mansión. Aunque aparentemente sólida, la casa está semiabandonada. Tony contrata a un sirviente, Barrett, para que le ayude en los quehaceres diarios.
Inquietante y desconcertante película. El cineasta Joseph Losey, huyendo de las garras del Macartismo, se instaló en Inglaterra para continuar su carrera cinematográfica. Colaborando con el dramaturgo Harold Pinter, adaptaron la novela de Robin Maugham convirtiéndose al instante en una obra de culto.
Joseph Losey leyó la novela en 1956 e inmediatamente le ofreció el papel a Dirk Bogarde, pero tuvieron que esperar 6 años por la censura del momento para empezar a rodarla con un escuetísimo presupuesto.
El realizador disecciona la condición humana y las relaciones de poder, creando un drama psicológico muy al estilo del teatro de Bertolt Brecht. Una radical oposición a la forma de vida burguesa muy en línea de su pensamiento político.
A través de una cámara sugerente y un simbolismo presente en toda la película (como el espejo o la escalera), Losey consigue atraparnos en una historia de manipulación, dominación, subyugación y finalmente de anulación contra una persona.
En los papeles protagonistas, aparecen un por aquel entonces novato James Fox, también Sarah Miles que años más tarde protagonizaría "La hija de Ryan" de David Lean y Dick Bogarde que aquel año se llevó el BAFTA a mejor actor y otros reconocimientos más por encarnar al manipulador sirviente en un alarde impresionante de versatilidad en diferentes registros.
Inquietante y desconcertante película. El cineasta Joseph Losey, huyendo de las garras del Macartismo, se instaló en Inglaterra para continuar su carrera cinematográfica. Colaborando con el dramaturgo Harold Pinter, adaptaron la novela de Robin Maugham convirtiéndose al instante en una obra de culto.
Joseph Losey leyó la novela en 1956 e inmediatamente le ofreció el papel a Dirk Bogarde, pero tuvieron que esperar 6 años por la censura del momento para empezar a rodarla con un escuetísimo presupuesto.
El realizador disecciona la condición humana y las relaciones de poder, creando un drama psicológico muy al estilo del teatro de Bertolt Brecht. Una radical oposición a la forma de vida burguesa muy en línea de su pensamiento político.
A través de una cámara sugerente y un simbolismo presente en toda la película (como el espejo o la escalera), Losey consigue atraparnos en una historia de manipulación, dominación, subyugación y finalmente de anulación contra una persona.
En los papeles protagonistas, aparecen un por aquel entonces novato James Fox, también Sarah Miles que años más tarde protagonizaría "La hija de Ryan" de David Lean y Dick Bogarde que aquel año se llevó el BAFTA a mejor actor y otros reconocimientos más por encarnar al manipulador sirviente en un alarde impresionante de versatilidad en diferentes registros.