Hola, soy Juan. Trabajo para el FBI como detective. Tengo un pasado oscuro en el que vi a Saddam Hussein, pero eso no lo diré hasta el último capítulo. Soy el mejor.
Hola, soy Antonia. Trabajo como forense en un laboratorio. Doy pena y soy más fea que el catorce. Trabajé como mujer barbuda en un circo y mi prima la del pueblo masturba asnos. Pero soy la mejor.
Hola, soy Pedrito. Trabajo para cualquiera de los dos y soy el graciosillo. En el colegio todos me pegaban sin motivo aparente.
Hola, soy el típico negro/chino/latino. Estoy en la serie por una especie de cuota racial.
La relación entre ellos es muy simple. No hay diálogos. Las únicas palabras que cruzan son para presumir de estar un eslabón más arriba o ser el mejor en su campo, todo ello adredezado con una serie de chistes facilones para burlarse y menospreciar al otro, que saldrá con las mismas. Es un bucle aburridísimo.
La frase más pronunciada es: "no puedo ni verte pero el guión nos obliga a que trabajemos juntos".
Aguanté capítulo y ocho minutos de otro porque esperaba que el amigacho que es clavado al presentador de Bricomanía dijera tras resolver algún asesinato eso de "fácil, sencillo y para toda la familia".