Las colinas tienen ojos cuenta con los suficientes ingredientes para convertirse en una película de terror digna de mención, y tan solo se convierte en una película de terror del montón sin nada nuevo que aportar.
Uno de sus pocos logros es conseguir la tensión y el miedo deseado en escenarios amplios y claros. Nada de escenarios oscuros y claustrofóbicos donde las criaturas más que verse se intuyen, aquí todo se ve muy bien y muy claro, siendo así muy importante el trabajo de maquillaje, el cual está muy bien conseguido.
La película es también original en su concepto (aunque el mérito hay que atribuírselo a la original), dando lugar a preguntas de porqué no se han realizado un gran número de películas basadas en el mismo. Sin embargo, la sensación es que la película esta altamente desaprovechada y no es más que una sucesión de topicazos, en su principio y en su final, que dan la sensación de haberla visto unas doscientas veces.
En este tufo a refrito y poca originalidad se desarrolla una película que es perfectamente prescindible, con un final bastante Craven y unas actuaciones paupérrimas salvo alguna (muy aislada) excepción.
Gustará a amantes del género, pero dudosamente será referente para ninguno de ellos. Si las colinas tuvieran ojos probablemente elegirían otra opción.