El paso del tiempo ha hecho mucho daño a una película como Tránsito. Desde su aparición y unos pocos años antes de su estreno hasta la década correspondiente a 2010 han ido apareciendo un montón de películas con el thriller psicológico como temática. Un género que no necesita de un gran presupuesto para mostrar florituras y artificios que llenen al espectador de preguntas para resolverlas en un a veces insípido final. Stay sin duda está muy por encima del resto de esas películas, pero ha acabado perjudicada por la cantidad de las mismas que ha escudado al espectador de cara a estos "enigmas mentales".

Marc Foster nos da una película de argumento un poco débil, o quizá decepcionante. Es interesante en su conjunto, pero uno busca quizá algo más. Hay otras películas que salieron antes que trataron de una mejor forma el mismo tema, y Stay no mejora nada lo visto anteriormente. Añade trucos visuales que, la verdad, son bien recibidos en esta ida y venida de lógica, pero Stay está lejos de ser una película que permanezca en tu interior, como el tiempo ha acabado demostrando.

Un Ewan McGregor simplemente correcto trata a un Ryan Gosling que ya dejaba caer su nula expresividad, aunque para esta película la verdad es que viene tremendamente bien. Destaca algo más Naomi Watts que aprovecha sus pocos minutos en pantalla para hacer una buena interpretación. De todos, Marc Foster es el que más se esfuerza por dar una estructura adecuada a la película y una serie de planos incluso poco inusuales de una factura bellísima.

Stay es mejor película por cómo está hecha que por lo que cuenta, pero que te guste más o menos dependerá de lo vacunado que estés frente a estos thriller psicológicos.