Una película que hace demasiado poco ruído. Una de esas que tienes que encontrarte por casualidad y cuando tienes cerca de hora y media por delante ociosa. No hay nada que te haga querer ir a ella, pero a la misma vez cuando la ves, simplemente, te entretiene.

Dito Montiel se basa en hechos reales para ofrecer una historia demasiado sosa, demasiado poco atrayente como para dedicarle una película. Estamos acostumbrados a ver películas basadas en hechos reales sobre historias que llaman la atención, pero la que se ha escogido para Empire State es poca cosa. Con todo y con eso, dentro de este subgénero pseudopolicíaco, Empire State es muy decente.

La película va como digo entre lo entretenido y lo cotidiano. Los actores están correctos en sus papeles, pero es como si todo el mundo supiera que no hay mucho que ofrecer al espectador, así que tampoco es que se compliquen mucho la vida. Todo está predestinado a no triunfar, y a la misma vez a no fracasar. Una apuesta segura con doble filo. Quizá si no hubiera tantas películas su efectos sería mayor y mejor...