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Voto de Weis:
7
23 de abril de 2008
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supone una similitud a la obra de teatro "Historia de una escalera", de Antonio Buero Vallejo. Para los que no la hayais visto o leído su temática, se resume en la lucha de unos antipáticos y desganados personajes que conviven en un bloque de vecinos, y pasan su vida entre peleas, violencia y pesadumbre. Pero entre ellos existen quienes tienen deseo de dejar atrás su pasado y buscar solución a una vida que se les pone cuesta arriba.
Sin embargo, las aspiraciones de futuros proyectos y cambios en sus vidas se diluyen como castillos en el aire.
"El hombre del tiempo" es un drama enmascarado en la comedia negra, que narra las desventuras que sufre un sujeto, cuyo soberbia le sobrepasa, su trabajo oculta su engañosa profesionalidad, y su familia está rota por los cuatro costados.
En sentido metafórico, Cage vive en esa escalera, y por ella desfilan numerosos rostros banales de ojos perforados, lenguas extirpadas y oidos cerrados.
Ante la impotencia que arrastra, le puede mas su pesadumbre que sus ganas de cambiar su vida y la de su familia.
En parte, es normal que la abulia innata salga a relucir, máxime cuando miras a tu izquierda y te encuentras a tu señor padre (grandísimo Michael Caine) cuya inexpresión facial te sume en la profunda miseria.
Para los que digan que el cineasta Gore Verbinski solo vive de las rentas de su ratoncito que no se dejaba capturar, o de sus piratas de Caribe, aqui tienen una buena muestra de su versatilidad.
Sin embargo, las aspiraciones de futuros proyectos y cambios en sus vidas se diluyen como castillos en el aire.
"El hombre del tiempo" es un drama enmascarado en la comedia negra, que narra las desventuras que sufre un sujeto, cuyo soberbia le sobrepasa, su trabajo oculta su engañosa profesionalidad, y su familia está rota por los cuatro costados.
En sentido metafórico, Cage vive en esa escalera, y por ella desfilan numerosos rostros banales de ojos perforados, lenguas extirpadas y oidos cerrados.
Ante la impotencia que arrastra, le puede mas su pesadumbre que sus ganas de cambiar su vida y la de su familia.
En parte, es normal que la abulia innata salga a relucir, máxime cuando miras a tu izquierda y te encuentras a tu señor padre (grandísimo Michael Caine) cuya inexpresión facial te sume en la profunda miseria.
Para los que digan que el cineasta Gore Verbinski solo vive de las rentas de su ratoncito que no se dejaba capturar, o de sus piratas de Caribe, aqui tienen una buena muestra de su versatilidad.