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Voto de Cinematic:
7
Comedia. Romance Pagafantas es el pringado pegado a la chica guapa; el que no tiene ninguna posibilidad de ligársela, pero que está acechando por si cae algo. Ella lo ve como amigo, y jamás se ha planteado que el chaval tenga ningún "peligro" sexual... (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2009
177 de 197 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debe ser difícil encarar un largo cuando todo el mundo recuerda tu laureado y aclamado corto Éramos pocos, y va al cine con su título pegado en la frente, esperando si no una versión larga de aquel, sí algo muy similar. Pues no. Pagafantas, el debut de Borja Cobeaga en la dirección de largometrajes, es otra cosa. Aprendamos de una vez a valorar cada cosa por lo que es.

Pagafantas comienza con lo que parece el extracto de un documental, explicando lo que es “hacer una cobra”. Esta será la primera de un glosario de reglas de la no-atracción, o de la des-atracción, y su importancia será vital en cada paso del protagonista, llegando a convertirse en el centro de su existencia. Y todo por una cándida mujercita (encantadora Sabrina Garciarena) de atractivo acento argentino y loable figura que arrastra al protagonista a un tormento interior y exterior desquiciante tanto para él como para los que le rodean. Y ella ni cuenta que se da.

Lo que diferencia a Pagafantas de otras es la naturalidad y frescura que se consigue transmitir en cada escena. Y esa frescura proviene de los diálogos. Me parece realmente increíble que no se regodeen para nada en lo escatológico, siendo esta la tónica imperante en las comedias patrias. Aportan siempre algún dato de interés sobre el carácter de los personajes, abundan los dobles sentidos e incluso resultan insólitamente crueles en más de una ocasión (”eso no cambia NUNCA”, sentencia la madre). Lo que viene llamándose un diálogo inteligente, vamos.

Además, la realización es algo más que cumplidora. Planos muy escogidos, dinámicos juegos visuales en las elipsis y un dominio del ritmo sorprendente, sobre todo para tratarse de un debut: no se puede decir que haya una sóla escena demasiado larga, ni otra demasiado corta. Pagafantas es una película prácticamente perfecta (aunque odio esta palabra) para sus ¿escasas? pretensiones. Y pongo “escasas” entre signos de interrogación porque plasmar las inquietudes de toda una generación de Pagafantas y mantener al espectador durante hora y media riendo sin que tenga que preocuparse por su salud mental, no es, en absoluto, moco de pavo.

Pagafantas se estrena con 230 copias en España, algo casi inaudito echando un vistazo al resto del panorama español en cuanto a distribución. Espero que eso ayude y se coloque entre los primeros puestos de taquilla (en el primero a poder ser). Porque, esta rara avis dentro de la comedia española, se lo merece.
Cinematic
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