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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
6
Terror. Ciencia ficción. Acción El loco profesor Gangreen está preparando la segunda plaga de tomates asesinos dispuestos para aniquilar la humanidad. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diez años más tarde, y con más medios, los tomates asesinos vuelven a las pantallas de mano de su creador John De Bello. Estética más cuidada, muy ochentera, una comedia de humor más parecida a esas comedias juveniles, con continuas referencias al sexo, actores mucho más guapos - en especial el trío protagonista con un melenudo George Clooney- un "Mad Doctor" de manual - el Doctor Gangrena- y su ayudante Igor, no un jorobado sino un armario musculoso tipo surfista californiano. Dinámica, divertida, desenfadada, absurda, ingenua. Hay momentos hilarantes, como cuando en medio de la película, se rompe la cuarta pared por motivos económicos-no hay dinero para seguir el filme- y deciden introducir marcas sin tapujos, como Pepsi, que aparecerá hasta en la bata blanca del Mad Doctor. Retornan parte de los protagonistas el primer filme e introducen como personaje a un tomate peludo en forma animatrónica muy cutre. Siguen con sus gags visuales y su humor tonto, con referencias cinéfilas a los mafiosos - por eso de la "Ley seca" de los tomates- a las películas de Rambo y comandos variados y a todos los filmes de la Universal y de los años 50 donde salen laboratorios de Mad doctors. Y también una referencia sarcástica al trato de favor que los VIPS se reciben en las cárceles. Mejor acabada que la primera entrega, aquí ya no tendremos tomates gigantes, sino hombres-tomate, advirtiéndose una conspiración mundial al estilo de la película "Mundo futuro".

Mención aparte merece la secuencia en que la pareja enamorada es acosada por un aborrecible mimo, de esos a los que estrangularías con sumo placer, como ocurre en el filme "Modesty Blaise" con Marcel Marceau.

En este filme ya no tendremos escenas musicales, aunque sí mucha música, con una BSO ochentera estándar de la época. Disfrutable. Y más en aquellos años.
Quinto Sertorio
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