Tras sorprender y aterrorizar a propios y extraños con su magnífico debut, Alejandro Amenábar, ya situado en su trono de joven promesa del cine español a solo un paso de la consagración, abordó en su segundo largometraje una historia mucho más ambiciosa y compleja que la de su anterior película, supliendo las simpatías que despertaba aquella por su falta de pretensiones con un nivel técnico y artístico notablemente superior. Efectiva (y efectista) combinación de thriller, película romántica y ciencia ficción, “Abre los Ojos” sólo encuentra su punto débil en un desajustado elenco de jóvenes actores que no logran encontrar el punto justo que requiere la historia y un desenlace quizá demasiado expositivo que le resta impacto emocional. Muy interesante.

Lo mejor: el paso adelante en la carrera de Amenábar.
Lo peor: los actores, en especial Eduardo Noriega.