Vayamos al grano: “Cars 2” es indigna de Pixar. Cuando una compañía enlaza cuatro Obras Maestras lo último que se puede esperar es que su siguiente paso sea algo así, cine cobarde, de poco vuelo; perfectamente realizado, pero tan frío como sus protagonistas. Pixar (herederos del buen Disney y de la forma de contar historias de Studio Ghibli) debería aspirar a más y es por eso que la crítica norteamericana se ha cargado esta secuela sin ningún tipo de contemplación, teniendo el film ahora mismo un 35% en Rottentomatoes. La cosa no es ni mucho menos tan desastrosa (la primera ostenta un desproporcionado 74%) y la diferencia entre ambas no es tan grande. El problema de la original es que era poca cosa casi siempre, mientras que "Cars 2" es totalmente irregular: se pasa de momentos soberbios (en la primera no había ni uno, cero) a otros bastante chorras. El responsable del desastre es el personaje de Mate, cuyo humor estúpido hace naufragar el film prácticamente en cada aparición. Y con él arrastra al resto (lo de la carrera final es para llevarse las manos a la cabeza).

Pero Lasseter no ha perdido su toque, empezando todo de forma magistral: un video-mensaje se intercala con los créditos casi al estilo “Los Increíbles” y da lugar a un pequeño prólogo donde el ritmo está perfectamente medido. La soberbia animación ayuda, claro, pero el músculo que mueve esta porción es el que hace las grandes películas. En diez minutos deja en pañales a casi cualquier James Bond… pero claro, luego es llegar a Radiator Springs e irse abajo. Aparece Mate y sus gags absurdos… y la cosa sólo se recupera cuando un par de personajes, relacionados con el tema del espionaje, ocupan la pantalla. Así se alternan momentos muy buenos (el Big Ben) con otros que ni siquiera Dreamworks añadiría en una de sus películas, dando como resultante una cinta entretenida, pero bastante desaprovechada. Aunque honestamente han hecho mucho más de lo que podría haber dado de sí una secuela estándar de una cosa tan anodina como “Cars”, que en el fondo sólo iba de un tipo (o coche) que se descubría a si mismo gracias a la humildad.

Es una pena ver cómo la historia se divide en dos subtramas, siendo una de ellas tan interesante –la de espionaje- y otra tan sosa –las carreras-. “Cars 2” contiene más chicha a nivel narrativo que la primera y encierra cierta crítica social (mucho menos feroz que la de “Wall-E”), pero en el fondo no es más que una secuela de una película que nunca mereció tenerla. Cine entretenido que podría haber hecho cualquier otro estudio con medios tecnológicos apropiados, pero que falla transmitiendo sentimientos, algo que no ocurría -por ejemplo- en “Toy Story 3” o “Los Increíbles”. Pero en fin, van a película por año, así que esperemos que “Brave” (su film de 2012) nos devuelva a la Pixar de “Up” o “Ratatouille”

///// Más abajo dejo una pequeña reflexión-lamento. No está relacionado al 100% con la película, así que no hay spoilers. Podéis abrir sin miedo. /////