Sin City (Ciudad del pecado) de Robert Rodríguez, Quentin Tarantino y Frank Miller, es un thriller de acción y cine negro, basado en varias historias entrelazadas. Dirigida con un ritmo dinámico y desenfrenado, tiene un resultado innovador y personal, totalmente admirable y maravilloso, por ser de gran calidad cinematográfica visual y narrativa.
El guion, de Robert Rodríguez y Frank Miller basado en el comic de este último, es insólito y absorbente. Argumentado de modo apasionante y con historias aparentemente abstractas pero que están entrelazadas, es provocador, belicoso y penetrante. Con una narrativa evocadora y alusiva a la trama, con la voz en off de los personajes, que resulta poética y suburbana, dando gran misterio y enigma a un entramado perfecto.
Las actuaciones, son competentes y con personalidad en el caso de Mickey Rourke, gran papel serio y sobrio de Bruce Willis, sensual y natural Jessica Alba, convincente y seductor Clive Owen, frío y enigmático Elijah Wood, atractiva y cautivadora Rosario Dawson, Josh Hartnett gélido e impasible y Benicio Del Toro remarcable y señalado. Un gran elenco de actores que cumplen y usan diálogos sarcásticos y mordaces, que gustan escuchar por su acidez.
La fotografía, es increíble y espectacular, en blanco y negro, pero llamando la atención del espectador resaltando el rojo, el amarillo y el azul, además de usar dibujos de comics que cautivan al público. Destacando también su estética bella y sombría. Al igual que la música, que es portentosa y fascinante, inquietando e intrigando al público en los momentos oportunos.
También merece la pena resaltar, los efectos visuales sorprendentes y sensacionales. Los planos y movimientos de cámara panorámicos de seguimiento, travellings y cámara en mano que dan gran dramatismo, por estar elaborados al detalle. Y un montaje perfecto y creativo, uniendo de forma admirable varias historias que en principio solo tienen un denominador común "Sin City".
Por lo que, en definitiva, la considero una obra indispensable, por ser fantástica e implacable por su violencia arrolladora, su narrativa explicativa y evocadora, y unas actuaciones de caras conocidas. Que cumplen ampliamente con su misión de entretener, absorber y penetrar, en un público, que termina de ver la cinta, con la sensación de haber visto algo distinto, original y sobresaliente.