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España España · Villa Pingüino
Voto de Lalachan:
4
Drama Narra la historia de una animosa y valerosa jovencita llamada Liesel, que transforma las vidas de todas las personas de su entorno cuando la envían a vivir con una familia de acogida en la Alemania de la II Guerra Mundial. Para Liesel, el poder de las palabras y de la imaginación se convierte en una forma de escapar de los tumultuosos eventos que la rodean, tanto a ella como a toda la gente que conoce y quiere. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2014
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enésima película que trata el tema del Holocausto judío, con pocas novedades que aportar a estas alturas de la vida, y que no tiene nada que hacer ante joyas del calibre de "La lista de Schindler" o "La vida es bella". En esta ocasión, la acción nos lleva al año 1938, poco antes del inicio de la II Guerra Mundial. Liesel, la protagonista, una niña que no encaja al principio en esa nueva situación, consigue hallar una suerte de dicha al aprender a leer, al conocer la magia de las palabras que esconden los libros que "toma prestados" de casa del alcalde del pueblo.

La película, en sí misma, no es más que un refrito de otros elementos que ya hemos visto tropecientas veces en otras historias que tienen la temática de la Alemania nazi de fondo, con la única novedad de que ésta parece más enfocada en buscar dos cosas: la lágrima fácil del espectador y el Óscar a la mejor película, dos cosas que no consigue ni por asomo.

Liesel, pese a ser la protagonista, no despierta la menor empatía en el espectador. Es callada y sosa, con poca alma. Su relación con los libros, supuesto eje de la historia, no causa emoción ni comprensión. Por suerte, ahí está su amigo Max, el típico judío escondido que no puede faltar en una película de este tipo, para ayudarla a manejarse con las palabras que le producen curiosidad. Es una verdadera lástima que dicha curiosidad no se traspase también al espectador. Ciertamente, creo que a muy pocos nos han entrado ganas de coger un libro después de ver esta película.

La película, como no podía ser de otra manera, también está aderezada con los típicos personajes-que-no-pueden-faltar-en-un-drama-de-la-segunda-guerra-mundial: el amigo asombrosamente rubio que es el mejor amigo de la niña, el compañero de clase que ya se ve a la legua que va a ser un nazi recalcitrante, la madre sargento que después resulta que es buena, el padre calzonazos, el amigo judío, el alto cargo nazi que era amigo íntimo del padre hasta que se alistó en el ejército, la comprensiva esposa del alcalde... Los niveles de azúcar alcanzan su nivel máximo. Buf.

Por supuesto, las escenas "cumbre" de la película son las que contienen una alta carga emotiva que busca, claramente, la lagrimilla del espectador. Sin embargo, dichas escenas resultan absurdas, carentes de contenido, aburridas, vacías. Se nota tanto el edulcoramiento, la falsedad... que no provocan la menor emoción, ni siquiera a pesar de su gravedad (ver SPOILER). Los libros se convierten también en secundarios y se ven obligados a ceder su protagonismo a unos actores que dan vida a una historia lenta y poco interesante. Triste, porque podría haber dado para mucho.

Y, cómo no, no podía pasar por alto los gazapos de turno. Me parece estupendo que utilicen palabras en alemán para enfatizar según qué cosas (motes, expresiones habituales). Lo que me resulta más chirriante es que una niña, que hasta el otro día no sabía ni leer, de repente se aprenda cientos de palabras en inglés y lea en dicho idioma con una fluidez sorprendente. ¿Tan difícil era darle un libro escrito en alemán?

O Max, el chico judío, que le entrega a Liesel un ejemplar de "Mein Kampf" con una dedicatoria en hebreo, con el que la niña se pasea tranquilamente por su barrio sin ningún temor.

O el hecho de que pasen varios años y los niños no den señales de crecer. Como si les hubieran dado hormonas para retrasar el crecimiento.

O el típico numerito del agente nazi que entra en una casa para ver si hay judíos escondidos... y pase de largo. Por supuesto, no falta el clásico "¡Eh, un momento! (tensión) No deberías dejar tus cosas así tiradas, jajajaja!". En fin...

En mi opinión, no se merece la nota tan alta que se le ha dado. Es una película que, a pesar de sus pretensiones, no te cala, no te llega al alma y con la que no te sientes integrado en la historia. No se puede comparar con la emoción que nos hicieron pasar Spielberg o Benigni con sus obras maestras. Si queréis emocionaros de verdad con una historia sobre el Holocausto, entonces "La ladrona de libros" no es vuestra película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lalachan
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