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España España · K-PAX
Voto de PROT:
10
Drama En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto plantea un gran dilema: si la paz llega antes de que se apruebe la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, decenas de miles de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para ... [+]
22 de enero de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un truco al que agarrarse para que ignorantes de mi calibre puedan disfrutar de LINCOLN como un perro con dos colas. Porque LINCOLN es, en efecto, una película para americanos. Para americanos o para ciudadanos del resto del planeta con una cultura medio decente, claro.
Es un truco primo hermano de aquel truco que, en las facultades, permitía a los alumnos aventajados prepararse los exámenes con veinte hojas de apuntes cuando los demás, torpes, inútiles, acudíamos con doscientas: la capacidad para la síntesis. Y es que es lo mismo: no había que tomar todos los datos allá, en la clase, durante aquellos maravillosos años, bendita inocencia, no había que tomar todos los datos para obtener buenas notas, digo, de igual modo que no se requiere asimilar cada uno de los pormenores de la “peli” para llegar a la conclusión de que, sí: es extraordinaria.
Así puede uno quedarse sólo, por tanto, con la idea de que el íntegro Abe no era tan íntegro, o con la de que Dios escribe recto con renglones torcidos. Puede uno quedarse con la divertida interpretación de James Spader, que se ha comido al James Spader de los noventa, o con la creación gigante de Daniel Day-Lewis, tan honesto, de pasos inseguros y orejas beligerantes. O con la música de John Williams, que es otro milagro, o con la fotografía de Janusz Kaminski, que es impresionante.
Tenía que hacerse LINCOLN. Es obligatorio recordar que porque hubo hombres que se obstinaron la vida es hoy mejor y no olvidar que muchos de entre los grandes, muchos de los que pelearon por un bello ideal, pobres visionarios, fueron asesinados.
Es necesario tener como modelos a los que por siempre jamás serán tenidos como modelos y preceptivo imitar, desde luego, a los que trabajan por la paz, ya que de ellos es el reino de los cielos.
Ignorantes del mundo, pues: uníos. O acercaos al cine en masa a ver la película de Steven Spielberg, a elegir.
PROT
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