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Colombia Colombia · Medellín
Voto de César:
8
Drama Petra von Kant, una diseñadora de moda que acaba de separarse de su marido, vive con su secretaria-esclava Marlene (personaje simbólicamente mudo). Cuando su amiga y confidente Sidonie le presenta a Karin, una joven de origen humilde, se enamora locamente de ella y le promete que va a convertirla en una famosa modelo. Sin embargo, Karin la abandona poco tiempo después para irse con su marido que, después de un viaje, acaba de volver a ... [+]
10 de agosto de 2008
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abro seriamente el cuaderno Fassbinder, después de muchos años de haber visto El Matrimonio de María Braun. Esperar ver algún día la obra de Fassbinder es algo similar a saber que en algún momento uno se leerá alguna de las novelas de En busca del tiempo perdido de Proust o la Educación Sentimental de Flaubert. Es decir, algún día uno se enfrentará con seriedad y concentración a una gran obra, en este caso yo empiezo trasnochadamente con Rainer Werner Fassbinder.
Las amargas lágrimas de Petra Von Kant es un drama oscuro, clasicista, de una belleza perezosa y de unas psicologías magistralmente expuestas, con el necesario plus teatral para que los menos perspicaces entiendan de qué se trata (así luego se quejen pretenciosamente de sobreactuación de dos de las mejores actrices alemanas).

La historia da cuenta de cómo el amor a veces es una relación establecida sobre los huecos emocionales o las necesidades concretas (allí discutiríamos si se trata de amor), lo cual conllevará a la exacerbada ilusión o el devastador paisaje de la no correspondencia. En esta situación es posible caer en el desespero, la locura. El desamor arrastra avasallante todo el sentido de mundo que hemos construido dejándonos en el peor de los infiernos. Luego, en la desnudez, todo se aclara aparentemente y el viaje se reinicia, posible y aconsejablemente siendo otra persona. Hay otras que se resistirán, como el caso de Marlene.
En cuanto a la puesta en escena, pues magistral. Una película que no sale de una habitación - taller, pero tan ricamente decorada que Fassbinder se da el gusto de explorar encuadres y planos secuencia fascinantes. Una película que transcurre el 70% sobre una cama y la única escena de sexo es la protagonizada por dos estáticos maniquíes da cuenta de la riqueza textual y visual de la película.
Es una película obscuramente bella.
César
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