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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
1
Romance. Drama Cuando Anastasia Steele, una estudiante de Literatura de la Universidad de Washington (Seattle), recibe el encargo de entrevistar al popular y joven empresario Christian Grey, un millonario de 27 años, queda impresionada ante su extraordinario atractivo. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarlo, pero no lo consigue. Cuando la pareja, por fin, inicia una apasionada relación, a Ana le sorprenden las peculiares prácticas eróticas de ... [+]
18 de febrero de 2015
38 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se metería en la primera armería que encontrase, se armaría hasta los dientes (granadas de mano, Kalashnikovs, Winchester 73, Magnum, tanques de la Segunda Guerra Mundial, por lo menos, paracaídas, lanzallamas... ) y perseguiría hasta el confín de la Tierra y el final de los tiempos a los perpetradores de este... evento (eufemismo de engendro ignominioso, hijo del averno, vergüenza de la especie y memez integral), por haber malbaratado su legado, por haber aguado su odio filosófico, por hacer mercadeo con su prosa incendiaria, por infantiles, banales y asnos. Una vez localizados, montaría un "puto Grupo Salvaje" con ellos (con ellas más bien, James,Taylor y Marcel, escritora, directora y guionista, por lo tanto, sería más bien una caza de brujas) y las mandaría al mismísimo infierno, a penar toda la eternidad por cometer semejante crimen... ¿¡artístico!? contra la humanidad. A continuación, iría a por todos los que de una u otra manera (leyendo, viendo, comentando, soñando, imaginando... ) participamos de este Pandemónium aterrador, de este aquelarre aberrante y ayudamos ansí, mal que nos pese, a expandir este virus mendaz, este mal tan perfecto y mostrenco, y nos haría leer, para que aprendiésemos de verdad lo que vale un peine y nos dejásemos de frívolas bobadas, tristes azotes y patéticos cuartos de los juguetes, alguna de sus inmortales obras, "Justine", "Las 120 jornadas de Sodoma" o lo que fuera, para que no tomásemos en vano la santa tradición de la crueldad sexual y la inmoralidad social como formas de rebelión y desahogo, de depredación y cinismo, para que fuésemos menos brutos, timoratos y cursis, más conscientes y libres. Acabada esta ardua tarea, todavía ultrajado por tanto adolescente a medio cocer, pero vengado en todo caso, se suicidaría con la revisión de esta magna obra que tanto nos ocupa y preocupa, de este clásico morrocotudo e instantáneo, y volvería a su tumba con la conciencia limpia, a descansar hasta nueva orden.
El amor en los tiempos de... la idiotez (legal, contractual, burocrática, moral, intelectual... ). O de cómo dos imbéciles profundos se tiran dos horas haciendo el ridículo sin caérseles la cara de vergüenza, nada menos.
La fórmula sigue intacta: Príncipe azul más Amor y lujo siempre funciona, no hay queja ni pega. O con dinero el amor entra mejor. Fantasía femenina que aúna los abismos de la pasión más borrascosa y la saneada cuenta corriente más hermosa; idealismo y pragmatismo en coyunda feliz. En este caso, para disimular y parecer que algo cambia y no es el mismo cutre atavismo de siempre, los mismos deseos primarios y primitivos, zafios y groseros, se añaden las torturas de pacotilla que no solo no mejoran el lamentable punto de partida, sino que además le suman risión y descalabro al asunto, un más de lo mismo aumentado, descafeinado y empeorado, queriendo ser más transgresores, han sido más estúpidos, más grotescos y lamentables.
Bueno, comienza y tienes cierta curiosidad, quieres desentrañar el fenómeno, intentar entenderlo, aprender algo, entretenerte por lo menos, pero una vez que el mamarracho en cuestión, el tal Christian, suelta la frase (ya había tenido algún diálogo de padre y muy señor mío, pero en fin)...
"Yo no hago el amor. Yo follo, duro", con mirada intensa de mequetrefe sin terminar y sin parecer que bromea o asoma un mínimo atisbo de ironía y/o cachondeo en su rostro o coso, se te caen todos los palos del sombrajo, el alma al suelo, los cojones a plomo, y ya no te recuperas en los restos. Solo anotas en tu cerebro recién demolido que esta sentencia budista debería figurar, desde ya, como una de las más grotescamente ridículas de la historia del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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