Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Hartmann:
3
Bélico Segunda Guerra Mundial, 1944. Tras el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de ... [+]
11 de junio de 2007
82 de 140 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spielberg se puso la cámara al hombro y a base de casquería, montaje mareante, sonido estruendoso e histeria, sobre todo mucha histeria, se metió en el bolsillo a buena parte de la crítica y del público (amen de otra millonada de recaudación, para variar). Con un argumento endeble, maniqueo y tramposo, el responsable se empeña en hablarnos del horror de la guerra... regodeándose de manera casi sádica en lo más atroz de ésta. Vamos, que si hubiera intentado denunciar un caso de violación le hubiera salido un porno. Ah, y dejando claro que cuando muere un norteamericano es horrible, pero que los alemanes (o cualquier otro enemigo de los primeros) es lo menos que se merecen.
Y eso no es lo peor, sino el descaro con el que rapiña de otros largometrajes de cine bélico mucho más dignos y menos recordados que éste: el cinéfilo mínimamente experimentado no tardará en cazar "préstamos" de Rojo Uno, Masacre: ven y mira, La colina de los diablos de acero, La Colina de la Hamburguesa (tan floja como ésta, pero no tan injustamente aclamada) o hasta la simpática Los Violentos de Kelly (esos tigreees...), y me dejo alguna en el tintero. Por desgracia, nada de lo copiado mejora en su réplica.
El rigor histórico apenas aparece por más que se presuma de ello de manera pedante, pero lamentablemente enumerar todos y cada uno de los fallos en ese terreno requeriría mucho más de 3000 caracteres.
Y las escenas bélicas, como la tan cacareada escena del desembarco... un buen director (y él lo ha sido a veces) no debe confundir narrar una escena confusa con narrar confusamente. Entre golpes de efecto fáciles y gratuitos, Spielberg cuela tal cantidad de trampas en la dirección que si pudiéramos visualizar sus combates en un plano general, sin un montaje que disimula la pobreza de éstos a base de planos cortos y una cámara con parkinson, se nos caería la cara de vergüenza. Sirva de ejemplo la costumbre de los alemanes de correr hacia los disparos enemigos, o la escena de tiro al blanco entre dos trincheras separadas apenas un par de metros. A ver, ¿cómo han llegado los yanquis a la suya sin morir acribillados por el camino? ¿Alguien sabe para qué se utiliza una granada de mano, en lugar de asomar las cabecitas por turnos para disparar?
Lo dicho, pena de limitación de espacio porque este título da mucho de sí. Y no en el buen sentido de la expresión precisamente...
Hartmann
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow