Que ha realizado Salazar y que dista mucho del que fue su primer trabajo, donde sacó lo mejor de sus personajes femeninos en rol protagónico y regalarnos dos horas de dramas entrelazados.

En 20 centímetros no sucede lo mismo, ya que nos muestra una protagonista a la que jamás le puedo creer su auténtica personalidad, vamos que si se requiere cierto perfil para el personaje tratar de encontrar al actor o actriz correcta. Y no es que Mónica sea mala actriz, sino que simplemente sus previos trabajos impiden que la visualice como tal.

Hay personajes que no se desarrollan, se encuentran puestos en la vida de Marieta y no se ahonda más para conocerlos. En total acuerdo con un alma gemela constante como Amor Perro, la marginalidad del contexto en el que se desenvuelve la protagonista, resulta reticente y poco agradable que de alguna manera es resuelto con el contraste de los sueños del personaje central, quién no omite el glamour del que puede estar rodeada su vida: música, luz, gente y color, felicidad en su totalidad.

Uno de los puntos más fuertes es que puede ser predecible, pero las decisiones cambian mucho el final. Aun así se ha quedado corta.