: La madre sobreprotectora que proyecta en su hija la carrera que nunca tuvo, la bailarina perfeccionista frígida y bulímica, el director altisonante que se beneficia a sus bailarinas.

Como thriller es inexistente pues no hay misterio alguno, cuando empiezan las escenas bizarras nuestra primera impresión termina siendo la correcta, no hay enigma. Nina es una chica esquizofrénica, y ya lo era antes del brote de esquizofrenia alucinatoria que nos cuenta la película, en el cuarto de hora y tres cuartos que nos muestra el director su locura simplemente estalla. No hay nada perturbador ni misterioso, simplemente ella está loca, tanto es así que practicamente ninguna de las escenas de conflicto en la película está ocurriendo realmente.

Como película de terror es efectista y barata, golpes de sonido, personajes que de repente están detrás de la protagonista, y escenas grimosas con una especial fijación por las uñas. Para ver esto me pongo un slasher cualquiera que suelen ser más entretenidos y tener menos ínfulas.

Y finalmente su gran fracaso es como película de danza. Estéticamente no está mal, pero uno se pasa la película deseando que llegue Bob Fosse, o incluso el Verhoven de Showgirls y nos enseñe el baile que apenas se sugiere. Y para lo poco que consigue, tiene que ayudarse de una cámara temblorosa y efectos especiales que, por hartazgo, al final dejan de tener el impacto que se les presupone.

Si acaso funciona, es como película de temática médica puesto que la recreación de la locura, aunque también exagerada y repleta de clichés, es posible que esté bien resuelta. Una oportunidad absurdamente desaprovechada.