El principal éxito de la película es la ambientación. Nos encontramos en una noche permanente, que ni nos deja a oscuras totalmente ni nos deja ver todo de manera clara. Además, esto influye en el tono de la película, situándonos en uno más deprimente y negativo.

El comentario sobre la situación de esclavitud en la que se encuentran los replicantes me gusta por su originalidad en su presentación, y de manera similar ocurre con el dilema del protagonista sobre su trabajo como Blade Runner.

Hay dos "romances" claves en la película, el del protagonista con Rachael y el de Roy con Pris. Ambos destacan por su rocambolesca presentación: aunque me es fácil asumir que Roy y Pris tenían una relación previa, Deckard y Rachael acaban juntos después de una escena algo "forzada", y no en el sentido de actuar precisamente. Igualmente, la muerte de Pris trastorna a Roy, que recupera su cordura momentáneamente antes de morir para poder dejar a Deckard con la cabeza hecha un lío.

También hay escenas que se hacen lentas y causan una sensación de "puf, aquí no está pasando nada" que no ayuda mucho.

Una buena película en general, pero cojea por algunas partes.