Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
9
Comedia. Musical Documental, más bien rockumental, sobre la banda de rock más ruidosa de la historia, el grupo de heavy metal "Spinal Tap". (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia se remonta a cuando Rob Reiner, que durante los '70 se ganó a pulso su prestigio como actor y guionista, se unió a las visionarias y retorcidas mentes de tres individuos: Michael McKean, Christopher Guest y Harry Shearer, cada uno de ellos también cómicos que habían estado trabajando, bien juntos o por separado, en interesantes proyectos, desde series y películas a programas de televisión, grupos de humor y musicales.

Teniendo talento para estas facetas, el trío empezaría a crear unos pintorescos personajes con los que reirse de la imagen de los grupos de "rock" del momento; entonces deciden romper esquemas y seguir las aventuras de una banda británica ficticia, en clave de falso documental, emulando así el formato empleado unos años antes por Eric Idle y Gary Weis en su genial parodia "The Rutles", pero mientras ellos se centraban concretamente en la fiebre por los '60 y los Beatles, Reiner y sus acólitos apuntan en un contexto más general a toda la escena "rockera" que se vivía en la época. Es preciso recordar que nos hallamos en 1.984, el año más grandioso para el género, donde formaciones clásicas aun henchidas de éxito y orgullo compartían escena con otras emergentes que pronto arrasarían en todo el Mundo.
Reiner y su equipo carecían de mucho presupuesto, y les llevó tiempo el que su proyecto tuviese algún interesado, pero como los luchadores del escenario a quienes representaban, nunca se rindieron. Juega a su favor concebir tal hazaña desde la perspectiva del documental; de hecho el primero se personifica ante nosotros anunciado su intención de seguir a los ficticios Spinal Tap de gira en EE.UU. y capturar en el progreso la auténtica esencia y la atmósfera del mundo del "rock". Y eso precisamente logra este mojigato álter-ego llamado Marty DiBergi bajo el que Reiner se disfraza.

Pero Spinal Tap no son los reyes del momento, lo que vamos a presenciar es un grupo en plena decadencia cuyos años de gloria han sido olvidados pese a seguir vendiendo entradas, y que se precipita a su total descomposición a lo largo de su catastrófica gira. Esto sirve al director para lanzar una brutal sátira a las tripas del negocio musical y todo lo que a ello atañe por medio de un humor agudo el cual le aparta totalmente del estilo ruidoso, grosero y escatológico de las parodias "made in U.S.A." y le acerca a la mala uva del humor británico en su vertiente "pythoniana", sobresaliendo el ingenio de unos diálogos afilados como cuchillas.
Encomiable la forma en que Reiner captura al vuelo, de forma directa y cruda, las emociones y el ambiente mientras deja a sus actores improvisar casi todo el tiempo para conseguir el efecto más realista posible. Ridiculiza absolutamente todo: las manías y frivolidades de los músicos, las tensiones y conflictos en el seno del grupo (y con las casas discográficas, con los managers, con las novias, con las casas de ventas, con otros artistas), su cinismo (se predica la unión en las entrevistas mientras los integrantes se odian en la intimidad), el fanatismo, las groupies, los viajes por carretera, los ídolos, los peligros del ego y el sexismo del "rock" en una sociedad demasiado políticamente correcta, las letras de las canciones, los problemas durante los conciertos y los ensayos o los recuerdos de una época mejor.

La sátira se eleva a otro nivel al servirnos hilarantes anécdotas y situaciones reales vividas por grupos del mundillo, cosa que agradecerán los fans (destacando lo del puesto maldito del batería, perderse en el backstage, el rechazo del álbum por una polémica portada o las peleas por la intromisión de una novia metomentodo); mientras, la trama se sostiente en la fuerte amistad entre Hubbins y Tufnel (dejando un poco relegados a otros personajes que merecían mucha más atención) y cómo ésta se deteriora por las maniobras de Jeanine, una arpía manipuladora y chiflada por la astrología, hasta una posible reunión con Japón como eterna tierra prometida.
De este modo McKean y Guest, adoptando un impagable acento inglés para la ocasión, sacan el mejor partido de la improvisación, sobre todo éste último, quien, sin despreciar el enorme talento de todo el elenco, se lleva sin duda las escenas y frases más memorables gracias a una interpretación brillante que podría definirse como grotescamente sutil; Shearer, encarnando al bajista Smalls, y sin acaparar tanta atención como sus dos compañeros, protagoniza un par de instantes también inolvidables (el "gag" de la crisálida en la que queda atrapado y el del control de la aduana).

Pero un servidor recordará por siempre las referencias a los comienzos tan distintos de la banda, donde Reiner, y gracias a la labor de Bryan Jones, nos brinda una divertidísima recreación del estilo, la estética y en especial la música de los años '60 (eso sí, nunca entenderé por qué pasan por alto los '70), y la destreza del primero para filmar los conciertos. Acompañando al trío protagonista están unos también geniales Tony Hendra, June Chadwick, David Kaff, unos jovencísimos Billy Cristal, Bruno Kirby y Anjelica Huston e incluso artistas del mundillo como el batería R.J. Parnell, Blackie Lawless o Paul Shortino.
El efecto fue aplastante. "This is Spinal Tap" confudió a todo el mundo hasta el punto de creer que se trataba del documental de una banda auténtica; de hecho repercutiría en el universo musical de la época, provocando que infinidad de artistas se viesen reflejados en los de la película, y muchos hasta les imitaron en ciertas cosas (como desear el amplificador de Tufnel que llega al 11, y que vemos en una de las escenas más famosas del film). Joya de auténtico culto que encandiló a la crítica y se labró su prestigio no en los cines, sino gracias al boca a boca y al consumo masivo en los videoclubs.

De visionado obligatorio para fans del "rock" y el "heavy" tan auténticos como sus artífices, pues jamás se hizo ni se hará una farsa sobre el mundillo tan lúcida, maliciosa y honesta.
Heavy duty, Rock 'n' roll!
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow