Retorcidos, manipuladores, sin escrupulos, sin moral, son esos los adjetivos que se merecen en su gran mayoría los gigantes medios de comunicación hoy en día, y tal vez desde siempre han sido así, sin embargo, esto no es lo que siempre podemos ver en las noticias de cada día, o tal vez sí, pasan frente a nuestros ojos y simplemente no queremos ver la cruda realidad del mundo en el que vivimos.

En fin, después de sacar lo que sentí después de contemplar esta increíble y muy certera cinta, debo decir que he salido bastante impresionado, en muchos aspectos, pero si tuviera que quedarme con uno solo de esos puntos altos, sin duda me quedo con la brutal interpretación de Jake Gyllenhaal, uno de esos actores que no aparece mucho en alfombras rojas o grandilocuentes producciones, pero que de vez en cuando lo hace, mostrándonos personajes inquietantes y hasta perturbadores (como aquí) de una manera muy particular y sobresaliente. Esta no es la excepción.

Sin llegar a ser una película genial se sostiene gracias a un guión afilado que le saca el mayor provecho a su protagonista y de que manera. Correcto debut de un (hasta este año) desconocido Dan Gilroy, apoyado en gente de experiencia dentro de la producción como James Newton Howard aportando las notas musicales justas y Robert Elswit con una dirección fotografíca espectacular.

De soporte se dejan ver también rostros conocidos como Bill Paxton Y Rene Russo.