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Voto de 97Cinemaniaco:
8
Fantástico. Acción. Aventuras Tras la ruptura de un acuerdo milenario entre la humanidad y ciertos poderes invisibles, el infierno en la Tierra está cada vez más cerca. Un líder despiadado decide traicionar a sus ancestros y organiza un ejército de criaturas diabólicas. Sólo un gran héroe podrá derrotar a este ejército. Se trata de Hellboy. Con la colaboración de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal, Hellboy viajará entre dos mundos, combatiendo seres ... [+]
28 de julio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué gusto da ver ´pelis´ de monstruos cuando director y guionista saben de qué monstruos están hablando. Eso es lo primero que uno piensa mientras desfilan los títulos finales de Hellboy II. Con esta secuela, que se lleva a Hollywood buena parte de los hallazgos de El laberinto del Fauno, Guillermo del Toro demuestra una vez mas ser (valga el pareado) cineasta de casta, de esos que, como Lynch, Guilliam o Miyazaki, saben que una historia fantástica solo transciende tópicos cuando la incredulidad queda suspendida por completo. O lo que es lo mismo: cuando el espectador puede plantearse una mudanza al mundo que se le describe. El mexicano es experto en esa clase de albañilerías, con lo que nada más comenzar el filme nos encontramos con un universo alicatado hasta el techo, con todos los apliques y, como diría Balagueró, ´´para entrar a vivir´´. Valga el ejemplo del Mercado Troll, sobrepoblado lugar de sueños y pesadillas por el cual Peter Jackson y George Lucas hubiesen matado. Del Toro es un consumado dibujante, y puede que por ello Mike Mignola, autor del cómic original y coguionista de esta película (que no de Hellboy, 2004) le haya permitido entrar a saco en el esquemático y pulp panorama de sus tebeos para darle un baño de barroquismo. Eso nos permite gozar de una trama casi policíaca con raíces (no demasiado presentes en la trama, gracias a los dioses) en la mitología celta cuyo único punto débil es una desproporción ocasional entre lo que nos cuenta y lo que finalmente vemos. Por mas que todo lo que se nos muestra acojone lo suyo, debemos aconsejar a los buscadores de batallas épicas que busquen en otro lugar sus efusiones à la Peter Jackson. Porque la gran baza de la obra no se encuentra en su imaginería, ni en la originalidad de escenas como esa lucha contra una mata de habas gigante. Estamos ante una película basada en el metódico uso que hace el director de los talentos de Ron Perlman, que repite en su diabólico papel, y de su fiel Doug Jones, conmovedor pez de colores con piernas loco de amor (correspondido) por un hada. Gracias a ambos, Del Toro consigue que nos derritamos de emoción observando a dos monstruos cantando borrachos una canción cutre mientras sollozan y hablan de sus novias. Esa, y no otra, es la autentica magia.
97Cinemaniaco
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