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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Comedia. Bélico En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un anciano militar británico rememora su larga y excitante vida. Su larga amistad con un colega alemán o su desobediencia a las ordenanzas para ayudar a una bella compatriota en apuros sólo son dos episodios de una experiencia personal inolvidable. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el oficial inglés, Clive Candy, es retado a duelo con, Theodor Kretschmar-Schuldorff -el representante de un oficial alemán al que, aquel, diera un fuerte puñetazo-, el árbitro del enfrentamiento les lee una serie de instrucciones que apuntan a asegurar el duelo limpio en igualdad de condiciones.

Con ésta precisa escena -dirigida con muy buen gusto por los responsables del filme, Michael Powell y Emeric Pressburger- que, luego, derivará en una gran amistad entre dos hombres que, hasta ese momento, llevaban senderos bien diferentes, queda sentada la idea básica de esta brillante película: Aún en las peores condiciones como es un estado de guerra, el hombre jamás debe perder el decoro ni sus deberes para con el otro. Un ideal bastante difícil de cumplir –y casi utópico en la realidad que padecemos- sobre todo, cuando desde el mismo entrenamiento militar se alimenta el odio y el ímpetu de aniquilamiento... pero, bajo ningún concepto es absurdo que se reclame la dignidad en la guerra, más cuando ‘las buenas maneras’ son el principal orgullo de la cultura inglesa… ¡aunque no faltan -los muchos- que, a diario, empantanan tan edificante distintivo!

En un perpetuo ideal pacifista, sostenido hasta las últimas consecuencias –el mismísimo, Winston Churchill, expresaría su malestar al enterarse de la realización de ésta película-, Powell y Pressburger, se proponen demostrar cuán posible, profunda y segura, puede construirse una amistad entre dos seres de distintas culturas, cuando logran conectarse por cosas como el respeto a la diferencia, la solidaridad y la entrega.

La relación de los oficiales, Clive y Theo, con Edith Hunter (personaje encantadoramente representado por Deborah Kerr), será también ocasión de demostrar la gallardía y la generosidad que surgen de una amistad sincera y la suerte de pruebas que debe superar el amor cuando aspira a demostrar que realmente existe.

Tales líneas argumentales, complementadas con una preciosa puesta en escena y una muy cuidada fotografía que, para la época, debió de resultar deslumbrante, <<VIDA Y MUERTE DEL CORONEL BLIMP>> (título inspirado en una vieja historieta, en el que Blimp=Dirigible, podría ser una suerte de metáfora), convierten a ésta película en una verdadera joya cinematográfica en la que se puede encontrar comedia, romance… y un sobrio alegato antibelicista.

En las actuaciones, magnífico Roger Livesey, representando al oficial inglés que, en cuarenta años y una larga trayectoria, recibiría tantos ascensos como puede lograr un globo aerostático. También el alemán, Anton Walbrook, resulta estupendo sacando la cara por aquellos alemanes que tanto odio desplegaron por el mundo; y Deborah Kerr, se da el lujo de representar tres roles distintos -Edith-Barbara-Angela-, convertida en ‘la mujer ideal’ de un par de hombres que jamás cesaron de imaginarla.

Continuaba, aquí, esa estrecha colaboración entre los talentosos directores, Michael Powell y Emeric Pressburger, el uno inglés y el otro austriaco (¿no les sugiere, ésto, algo?), la cual perduraría durante largos años y 14 títulos que son, ahora, un apreciable legado cinematográfico.

Título para Latinoamérica: EL CORONEL BLIMP
Luis Guillermo Cardona
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