True Detective es una obra maestra, no hay más vuelta de hoja. La serie ahonda en la historia que pretende contar de una forma total, mostrándonos todos los puntos de vista y desarrollando minuciosamente la trama principal y las diferentes subtramas que aparecen desde el primer episodio y desde luego no se deja todo al azar y a las casualidades. Los protagonistas avanzan en la trama por que trabajan, sudan y realizan una dura investigación.

True Detective es además una reflexión sobre el bien y el mal y la eterna lucha que circula. Con muchos matices, muchos tonos de gris y muchos peros, aunque no deja de ser la constante de buenos contra malos. Nuestros protagobnistas parecen unos perdedores, unos fracasados, personas hipócritas y torturadas que deben lidiar con sus propios fantasmas y aun así se alzan en línea de defensa de la humanidad ante un horror y un terror mayor.

Y en medio de este drama sureño, en medio de los pantanos de la Luisiana, en medio de cañaverales, calor casi tropical, escoria blanca, fanatismo religioso, la pobreza y la miseria del mundo rural, encontramos las señales del Rey Amarillo. Una muestra de lo caótica y carente de sentido que es la existencia humana.

Si Howard Philip Lovecraft hubiera visto esta obra, estaría sumamente orgulloso de ella. Creo que refleja perfectamente el horror de los mitos de Cthulhu.