Después de ver Los vengadores está claro que la unión hace la fuerza. Ninguna de las adaptaciones cinematográficas que estos vengadores habían tenido por separado llegó a superar la barrera de la discreción, envuelta, eso sí, en millones de dolares. Y es que en contadas ocasiones los héroes de la editorial Marvel han logrado ir más allá del dinero invertido para conseguir historias que además desprendan emoción y complejidad, algo que solo en ocasiones se ha dejado intuir. Fuera de la lista de los vengadores están precisamente los héroes que mejor han funcionado en cine, como Spiderman (de vuelta en los cines otra vez), que en la segunda parte dirigida por Sam Raimi logró combinar a la perfección al héroe con sus circunstancias en un brillante espectáculo, y como los X-Men, que aunque nunca han sido santo de mi devoción, consiguieron brillar más que nunca en su vuelta a los orígenes en X-Men: Primera Generación, probablemente la mejor película marveliana hasta ahora. Además de otros cuyo paso por el cine ha sido completamente olvidable.
Así que ahora les ha llegado el turno a Iron Man, Hulk, Capitan America y Thor, para que, junto a algunos que no tienen película todavía como La viuda negra, traten de superar el nivel del aprobado para llegar al notable alto. Y hay que reconocer que juntos lo han logrado.
No es ajena a este éxito la recuperación como malo de la función de uno de los malos menos espectaculares pero más divertidos que ha pasado por estas aventuras, como es Loki, el hermano travieso de Thor. Y es que Loki vuelve a la Tierra con la intención de robar el Tesseracto, esa fuente de energía, que mal utilizada podría destruir el planeta. Ante este acto la agencia especial Shield decide reunir a un grupo de los mejores superhéroes para hacer frente a Loki. Es ahí cuando van regresando nuestros chicos, cada uno con sus reticencias, miedos o egos desbordados, dependiendo del caso, pero ofreciendo matices, que salvo en el caso de Iron Man, no se habían visto en sus aventuras en solitario. En ese sentido el Hulk que encarna Mark Ruffalo es el más humano, sensible y atormentado de cuantos han sido en cine anteriormente, y se permite algunos de los mejores momentos de la película.
Cuando la historia ya se ha planteado y adquiere su velocidad de crucero, la sucesión de escenas de acción deslumbrantes se combina a la perfección con aquellas que contiene mayor complejidad dramática y que permiten que cada uno tenga su momento de lucimiento.

(sigue sin spoiler)