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Drama
En noviembre de 1959, Truman Capote lee una crónica del New York Times que relata el sangriento asesinato de los cuatro miembros de la familia Clutter en su granja de Kansas. Aunque sucesos similares aparecen en la prensa todos los días, hay algo que llama la atención del escritor y quiere utilizarlo para demostrar una teoría: en manos de un escritor adecuado, la realidad puede ser tan apasionante como la ficción. Consigue que el The ... [+]
28 de mayo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capote
En la madrugada del 15 de noviembre de 1959, en una zona rural del estado de Kansas, se perpetró uno de los crímenes más espeluznantes que se recuerden en la historia estadounidense de la segunda mitad del siglo pasado. Aquella madrugada, los cuatro miembros que componían la familia Clutter fueron vilmente asesinados en el interior de su granja por Richard Hickock y Perry Smith, dos jóvenes desadaptados con antecedentes penales que se habían conocido en la prisión. Posteriormente huyeron llevándose un exiguo botín equivalente a unos 40 dólares. El suceso, por su pueril frivolidad y brutal ensañamiento, conmocionó al pueblo norteamericano.
Procedente de Nueva York, el escritor y periodista Truman Capote, acompañado por su amiga de la infancia Harper Lee, -un año después ésta se haría famosa con la publicación de su novela “Matar un ruiseñor”- se trasladaron a Kansas enviados por la revista The New Yorker con la finalidad de escribir un amplio reportaje sobre el lamentable caso.
Y la película “Capote” relata exactamente ese episodio de la vida del escritor. Es decir, los siete años transcurridos desde su llegada a Kansas en 1959, hasta la publicación en 1966 de su novela “A sangre fría” -meses depués de que Hickock y Smith fueran ejecutados en la horca-, basada en la agotadora investigación periodística llevada a cabo por Capote.
“A sangre fría” encumbró a su autor, supuso un éxito de ventas y, según la opinión de muchos expertos, marcó un hito en la literatura pues fue la primera novela sobre un hecho real o, dicho de otra manera, un relato de “no ficción”.
Las marcadas contradicciones de Truman Capote, su vena histriónica y narcisista, su soberbia intelectual, su cinismo y dudosa moral a la hora de engañar y manipular a los demás en defensa de su propio interés, así como cada gesto y rasgos de su personalidad, están prodigiosamente matizados por Seymour Hoffman, uno de mis actores favoritos.
En “Capote”, Hoffman sublima el oficio de la actuación convirtiéndolo en una auténtica obra de arte, un trabajo imbatible con el que en 2006 ganó todos los premios cinematográficos habidos y por haber entre los que se encuentran un Oscar, un Globo de Oro y un BAFTA. Se dice pronto.
Para nuestra desgracia, el actor fue encontrado muerto -al parecer un suicidio- de una sobredosis de cocaína y heroína en su departamento de Manhattan el 2 de febrero de 2014. Tenía 46 años.
Emilio Castelló Barreneche
En la madrugada del 15 de noviembre de 1959, en una zona rural del estado de Kansas, se perpetró uno de los crímenes más espeluznantes que se recuerden en la historia estadounidense de la segunda mitad del siglo pasado. Aquella madrugada, los cuatro miembros que componían la familia Clutter fueron vilmente asesinados en el interior de su granja por Richard Hickock y Perry Smith, dos jóvenes desadaptados con antecedentes penales que se habían conocido en la prisión. Posteriormente huyeron llevándose un exiguo botín equivalente a unos 40 dólares. El suceso, por su pueril frivolidad y brutal ensañamiento, conmocionó al pueblo norteamericano.
Procedente de Nueva York, el escritor y periodista Truman Capote, acompañado por su amiga de la infancia Harper Lee, -un año después ésta se haría famosa con la publicación de su novela “Matar un ruiseñor”- se trasladaron a Kansas enviados por la revista The New Yorker con la finalidad de escribir un amplio reportaje sobre el lamentable caso.
Y la película “Capote” relata exactamente ese episodio de la vida del escritor. Es decir, los siete años transcurridos desde su llegada a Kansas en 1959, hasta la publicación en 1966 de su novela “A sangre fría” -meses depués de que Hickock y Smith fueran ejecutados en la horca-, basada en la agotadora investigación periodística llevada a cabo por Capote.
“A sangre fría” encumbró a su autor, supuso un éxito de ventas y, según la opinión de muchos expertos, marcó un hito en la literatura pues fue la primera novela sobre un hecho real o, dicho de otra manera, un relato de “no ficción”.
Las marcadas contradicciones de Truman Capote, su vena histriónica y narcisista, su soberbia intelectual, su cinismo y dudosa moral a la hora de engañar y manipular a los demás en defensa de su propio interés, así como cada gesto y rasgos de su personalidad, están prodigiosamente matizados por Seymour Hoffman, uno de mis actores favoritos.
En “Capote”, Hoffman sublima el oficio de la actuación convirtiéndolo en una auténtica obra de arte, un trabajo imbatible con el que en 2006 ganó todos los premios cinematográficos habidos y por haber entre los que se encuentran un Oscar, un Globo de Oro y un BAFTA. Se dice pronto.
Para nuestra desgracia, el actor fue encontrado muerto -al parecer un suicidio- de una sobredosis de cocaína y heroína en su departamento de Manhattan el 2 de febrero de 2014. Tenía 46 años.
Emilio Castelló Barreneche
