Cuando vas a ver una película de estas características, sabes lo que vas a ver. Te esperas una superproducción de Hollywood con todas las consecuencias que eso conlleva.
Me refiero a que no tiene mucho sentido sentirse estafado si el argumento no contiene reflexiones profundas; o si está plagada de clichés, o si no aporta nada al género.
Pero eso no justifica que insulten a la inteligencia.
La película tiene un comienzo que, aunque no es prometedor, si es aceptable. Un hombre que parece ser el último de la Tierra, unicamente acompañado por una perrita, que siente la mella de la soledad en su día a día en un mundo silencioso y hostil. Vale, sigamos viendo a ver que tal.
Resulta un poco molesto ver a Will Smith en un papel que le sienta peor que a un cristo dos pistolas. Puede ser un actor simpático y gracioso en determinados roles, pero el papel de héroe-científico atormentado y al borde de la locura le queda grande. No te lo crees, su actuación es simple y vacua. Lo que debería ser entendido como delirios en la soledad se entiende como bromas del protagonista que quedan fuera de lugar. Terrible.
La principal baza es la perrita Sam, recurso fácil y enternecedor que le quita todo protagonismo al Príncipe más chachi de Bel-Air.
Pero a partir de la mitad, y no quiero meterme en destripes, decae completamente. Los amagos de profundidad quedan en nada y empieza el desfile de testosterona y escenas aún más aburridas que las anteriores. Y el final es predecible, infantil, y facilón.

¿Lo bueno? Visualmente es preciosa. Nada más empezar nos deleita con una magnífica persecución de antílopes en medio de NY, que sin llegar a ser mas que un "oh, que bonito" cumple su función de "introducción fuerte para la película de acción de turno". La ciudad vacía inspira cierta desolación (no toda la que debería) y no deja indiferente.

No he leído la novela, pero aún así me pregunto qué tienen en mente los americanos para hacer adaptaciones como esta o la bochornosa "Yo, robot" de la novela homónima de Asimov, aparte de sacar dinero vendiéndonos dos horas de contenido nulo. Podrían hacer lo mismo sin manchar el prestigio de títulos literarios. Ni tan siquiera cumple con eso que tal bien sabe hacer el cine americano, es decir no se "deja ver": resulta aburrida, lenta y pesada. Nos llevan por un recorrido que ni tan siquiera es argumental (el argumento es, como ya he dicho, simple), si no de relleno; para llevarnos a ningún sitio.

En resumidas cuentas: valiente bodrio. Y aunque llegar a la altura de las películas de su clase no era una labor demasiado complicada, queda por debajo incluso de castañas como "Yo, robot".