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España España · Jaén
Voto de JACHi:
9
Acción. Comedia Joe Hallenbeck, un detective privado en horas bajas, había sido uno de los más importantes agentes del servicio secreto norteamericano, pero su carrera terminó al enfrentarse a un político corrupto. Por su parte, Jimmy Dix, una gran estrella del fútbol, cae en desgracia al verse involucrado en un escándalo. Ambos unirán sus fuerzas para resolver un turbio caso en el que se ven implicados. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2013
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor que puedo decir de EL ÚLTIMO BOY SCOUT (y puedo decir muchísimas cosas buenas) es que es la única película en la que hasta la última línea de texto es poesía en estado puro, conformando una inconmensurable obra maestra de guión (¿que fue el más caro de la historia hasta ese momento? Fuera cual fuera el precio, ¡salió barato!). Mis compañeros de crítica ya han cantado las alabanzas de todas y cada una de las frasecillas socarronas que son el credo de Joe Hallenbeck, el mejor anti-héroe que ha dado el cine de acción hasta la fecha. Aunque creo que mis favoritas son '¡Me sentía sola!- Cómprate un perro.' y (una de las más sutiles) la que es pronunciada durante una persecución a 150 kms/hora y con disparos de por medio, '¡¿Quieres ponerte el cinturón?!- ¡¡¡No funciona!!!'

El caso es que a los que hemos pasado ciertas temporadas de nuestra vida en el arroyo (económico, laboral o anímico), este John McClane versión ex-alcohólica nos ha llegado muy al corazón, pues hemos logrado comprender con conocimiento de causa perlas suyas como la de que 'el agua moja, el cielo es azul y las mujeres tienen secretos: a quién le importa'. Es decir, estoy bastante jodido... No le echo la culpa a nadie en concreto, pero la verdad es que ya ninguna historia con la que me salgáis me va a impresionar. Básicamente, creo que esa es la mentalidad de Hallenbeck. Cosa que podemos apreciar cuando le insultan (algo que sucede una treintena de veces a lo largo del film): Halle Berry le suelta "blanco de mierda"; su mujer que es un cerdo; su futuro socio le dice "eres un mierda"; el jefe de policía le grita "imbécil hijo de puta"; un matón le amenaza con "capullo, eso te va a costar caro"; su hijita le recrimina "te odio papá, eres un cabrón"... Y eso cuando no le pegan con la culata de un revólver, lo que ocurre unas cuantas veces también. Pero él, impasible, ni se inmuta. Alguien que ya está tan de vueltas y a quien, como él mismo confiesa, ya no le queda nada de orgullo, no se va a echar a temblar porque el mierdecilla de turno le chille en la oreja o le encañone con una pistola.

Tales niveles de sangre fría sólo puede adquirirse tras mucho alcohol, mucha noche en vela, muchas partidas de póquer perdidas, muchos tiroteos, muchas heridas de bala en partes no vitales del cuerpo, muchos desengaños y muchos fracasos personales, profesionales y sentimentales. Pensaréis, 'joder, pues vaya mierda de vida'. Y tenéis razón (hasta él lo admite). Pero es la única manera de que, si siete maleantes te apuntan con sus armas desde todos los ángulos posibles, tú le puedas pegar a uno de ellos en la cara y medio segundo después, una escopeta se deslice ante ti (y a cámara lenta) para en menos de un pestañeo seis de los mencionados acaben muertos y el séptimo huyendo en su coche. Esto no es magia, señoras y señores. Esto es una película de acción a caballo entre los años 80 y los 90. No son necesarias más explicaciones.

Bueno, tan sólo una. La de por qué este genial director se tuvo que suicidar. Y yo creo que viendo esta cinta es fácilmente deducible. Es tan sencillo como que, al igual que el personaje del principio (Cole) y el propio Joe, el señor Scott se dio cuenta de que, efectivamente, esta vida es una mierda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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