La película es, en sí misma, la mejor persecución que he visto en la gran pantalla.

Nace de "The Road Warrior", evoluciona y la sobrepasa hasta límites insospechados. Hay sangre, sudor y lágrimas, justo lo que le faltó a "Beyond Thunderdome".

Son 120 minutos que se pasan en un parpadeo. Cuando subas no podrás bajar, así que abróchate el cinturón.

"Sed testigos", "Tener esperanza es un error" o "Una bala, un hombre" son frases que perdurarán en tu cabeza.

El guión no inventa nada nuevo, pero es que no hace falta.

Visualmente es imponente, te deja con la boca abierta. Al igual que los solos de guitarra eléctrica (interpretados por un personaje imborrable) acompañando a las escenas de acción te clavan en la butaca.

La entrada de cine más barata que recuerdo haber pagado. Corred a verla.