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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Madrid, 1933, Tras haber asesinado a su hija Hildegart, Aurora Rodríguez se entrega a la justicia. En la cárcel, rememora las circunstancias que la movieron a cometer un crimen tan atroz. En su primera infancia, Aurora Rodríguez, testigo de frecuentes desavenencias matrimoniales y de la indiscutible supeditación de las mujeres a los hombres, concibió la idea de tener una hija a la que educaría para que se consagrara a luchar por la ... [+]
28 de mayo de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como me ha ocurrido con otros muchos episodios de la historia de este Estado, como podría ser la invasión del Val d´Aran por parte de militantes republicanos durante el franquismo, tuvo que ser Almudena Grandes quien me mostrara, a través de su última y magistral novela (para mí, la mejor de la serie Episodios de Una Guerra Interminable) “La madre de Frankenstein”, la existencia de un apasionante episodio histórico para los que estamos interesados en la repercusión pública y la lectura política y social de la salud mental a través de una figura descomunal cuya sombra aún pervive en nuestra sociedad, la de Aurora Rodríguez Carballeira, que alcanzó la notoriedad pública en 1934 por ser la madre de una niña prodigio de nombre Hildegart, a la que ella misma asesinó y por lo que fue condenada.

Es obvio que el relato cuenta con todo los ingredientes para no dejar a nadie indiferente y para conmover a la mente más fría. Hildegart fue diseñada fría y un tanto eugenésicamente desde antes de su nacimiento para llevar a cabo la revolución que llevaría a la liberación definitiva de la mujer. Para ello, su madre seleccionó a un hombre concreto para ser fecundada mediante una única relación sexual sin mediar placer alguno y, desde su nacimiento, fue formada por su madre para convertirla en una mente ideológicamente libre y comprometida con el socialismo y la revolución feminista. Pero cuando la hija decidió tomar las riendas de su propia vida y relacionarse con un hombre, Aurora Rodríguez Carballeira no dudó en asesinarla para que muriera de forma consecuente y virgen, en la consecución de sus paranoicas teorías eugenésicas que acabaron sangrientamente con la rebelión de la criatura con respecto a su creadora, como su de un moderno Frankenstein se tratase.

Pues viene a resultar que “La madre de Frankenstein” de Almudena Grandes ya tenía un precedente fílmico en este Estado fechado en 1977, injustamente desconocido y firmado, ni más ni menos, que por un tal Fernando Fernán Gómez, el cual adaptó (con guión del propio genio y de Rafael Azcona, ni más ni menos) al lenguaje cinematográfico de forma sublime un texto literario sobre el mismo personaje escrito por Eduardo de Guzmán y titulado “Aurora de sangre”.

Fernán Gómez, en la cumbre del dominio del arte del cine, crea un maravilloso híbrido a medio camino entre la ficción y el documental para recrear la vida, pensamiento y procesamiento judicial de Aurora Rodríguez Carballeira y el desenlace fatal sufrido por su hija superdotada Hildegart. Por si todo esto fuera poco, la música de la cinta se le encargó a Luis Eduardo Aute.

Para redondear esta obra maestra imperecedera, encarna a Aurora Rodríguez Carballeira Amparo Soler Leal en una de las mejores interpretaciones de su carrera, e igualmente sublime Carmen Roldán como la joven Hildegart.
Sergio Berbel
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