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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Intriga. Drama La asistencia a una conferencia en París le brinda al doctor Richard Walken y a su esposa la oportunidad de revivir su luna de miel. Pero, nada más instalarse en la habitación del hotel, su mujer desaparece misteriosamente. Completamente solo, en un país desconocido cuyo idioma ignora, Walken la buscará desesperadamente. La única pista que tiene es un número de teléfono apuntado en una caja de cerillas, pero, a partir de ahí, la trama ... [+]
10 de noviembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ha cambiado”, es lo primero que dice Richard Walker.
Aquel París romántico de su juventud se ha retirado, como una escenografía que solo ocultaba durante la luna de miel.
Es el principio de una toma de conciencia que, en cualquier otra ocasión, habrían camuflado su esposa y el viaje de negocios que allí le trajo.

Pero su mujer desaparece, como en una pesadilla, desvaneciéndose tras la mampara de la ducha.
‘Frenético’ pasa a ser entonces un cuentecillo espeluznante, un ejercicio de estilo, sobre el noble norteamericano de mandíbula cuadrada que de repente descubre la vileza de los bajos fondos, hasta ese momento para él desconocidos.
Hasta su recepcionista de gran hotel, tan distinguido, se trabaja en un gimnasio de mala muerte, y le recibe sudado: pareciera que Richard llegó a los cuarenta y muchos sin nunca tener otra vida que no fuera el lujo.

A matacaballo, en el transcurso de varios días que a veces son uno infinito, París le mostrará esa cara desconocida, volátil y aprovechada que siempre estaba bajo estampas de postal vendidas por alguien.
Y Michelle, ese hada urbana a la que nunca se habría acercado, tras el choque inicial, se convierte en musa de su idilio con esos bajos fondos, por los que es imposible no dejarse llevar una vez sumergido en ellos.
La canción "Strange" de Grace Jones repetida en radios, discos y salones, la que en principio no podía soportar, ahora es la que menos le cuesta bailar: esa es la ironía de que no puedas regresar a tu zona de comfort, y tengas que estar cómodo en otro lugar.

Tras esos días en París, siempre quedará la duda: ¿se puede volver a la normalidad?
Seguro que sí, es lo malo del choque cultural.
Aunque Richard alguna vez se acordará de que la Estatua de la Libertad de otro continente le miró con menos benevolencia que la que él piensa "de verdad".
Charles
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