Cuando el cine en particular y la fotografía en general pasó del Blanco y Negro al Color fue un avance tecnológico impresionante. Incluso el genial Chaplin se pasó a él en su última pelicula, tras filmar decenas de obras maestras en cortos y largometrajes.
Pero a la gran mayoría del público le dices que una peli es en B/N y sale corriendo como si le llevaras a la guillotina.
Desde entonces hasta ahora grandes directores/autores han ido recuperando el B/N ocasionalmente y filmando grandes obras maestras del cine como Woody Allen con Manhattan, Scorsese con Toro Salvaje o Peter Bogdanovic con The Last Picture Show.
¿Y Brannagh? Le agradezco enormemente Los amigos de Peter y sus adaptaciones de Shakespeare, pero no es ni Allen, ni Martin, ni Peter. Después de hacer remakes innecesarios de pelis comerciales que ya estaban bien antes, se ha calzado las botas de AUTOR y ha rodado un film de recuerdos de niñez y, claro está, en precioso B/N... y ya está.
Seré breve: Escribo esta crítica pasados varios días de su visionado y ya casi ni me acuerdo de nada.
No dudo de que todos los críticos son mucho mejores que yo en sus valoraciones y menos con tantas nominaciones a premios pero yo no soy capaz de ver tantas virtudes en esta película, ni me han interesado mucho las ¿peripecias? de esta familia.
Tampoco he logrado sentir el horror de un ciudad dividida por un conflicto espantoso y como afectó a todas las personas que lo padecieron... salvo que el B/N mola mucho y es indefectiblemente signo de maestría.... o no.