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Voto de Grijander:
8
8,1
78.990
Thriller. Drama
Las Vegas, 1973. Sam "Ace" Rothstein, un profesional de las apuestas, es el eficaz director de un importante casino que pertenece a un grupo de mafiosos. Su misión es controlar el funcionamiento del negocio y garantizar que la corriente de dinero que va a parar a manos de sus jefes siga fluyendo. Las Vegas es un lugar ideal para millonarios y políticos, pero es también lugar de paso de tahúres, prestamistas, traficantes de drogas y ... [+]
27 de septiembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay mucho que decir sobre Casino que no se haya dicho ya. Scorsese muestra su mejor cara en una de las mejores obras de cine negro que ha dejado la década de los 90.
Martin Scorsese no es un director normal, eso es obvio. Yo no soy un gran admirador suyo (podría decirse que soy excesivamente crítico con él, de hecho), pero no pongo la cruz a alguien solo por considerar que no sea tan bueno como dicen ya que, en películas como Casino, Marty da la razón a sus admiradores demostrando que tiene talento. Mucho talento. Pocos se atreven con una película de casi tres horas en las que la acción se desarrolla al compás que marca la voz en off de varios personajes, convirtiendo el film en una novela de varios protagonistas. El dinámico ritmo que siempre imprime Scorsese se erige en la otra gran baza de la película. No hay escenas en las que no pase nada y, si los actores están quietos, siempre hay un diálogo que merece ser escuchado. Esa ambientación tan caracterísita del director de Queens, alcanza casi la maestría que nos mostró en Uno de los nuestros, y eso son palabras mayores. La desmedida violencia y el uso contínuo de tacos, sí sirven en esta ocasión al propósito de Scorsese, al contrario que sucede en otras de sus películas, en el que tanto "joder" acaba siendo molesto.
Martin Scorsese no es un director normal, eso es obvio. Yo no soy un gran admirador suyo (podría decirse que soy excesivamente crítico con él, de hecho), pero no pongo la cruz a alguien solo por considerar que no sea tan bueno como dicen ya que, en películas como Casino, Marty da la razón a sus admiradores demostrando que tiene talento. Mucho talento. Pocos se atreven con una película de casi tres horas en las que la acción se desarrolla al compás que marca la voz en off de varios personajes, convirtiendo el film en una novela de varios protagonistas. El dinámico ritmo que siempre imprime Scorsese se erige en la otra gran baza de la película. No hay escenas en las que no pase nada y, si los actores están quietos, siempre hay un diálogo que merece ser escuchado. Esa ambientación tan caracterísita del director de Queens, alcanza casi la maestría que nos mostró en Uno de los nuestros, y eso son palabras mayores. La desmedida violencia y el uso contínuo de tacos, sí sirven en esta ocasión al propósito de Scorsese, al contrario que sucede en otras de sus películas, en el que tanto "joder" acaba siendo molesto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Casino nos muestra el mundo del hampa desde lo más bajo hasta las altas esferas. Chorizos de tres al cuarto, gangsters y altos funcionarios públicos tienen cabida en una película ambiciosa, en la que no falta el paranóico protagonista que parece necesitar Scorsese para todas las películas ni el trepidante final marca de la casa. Una de las cosas que mejor se le dan al director es la evolución de los personajes y los lazos entre ellos, algo que se ve perfectamente plasmado en Casino, donde lo que parece menos acaba siendo más y el más tonto al final hace relojes. Rodada en un casino real e inspirada, se dice, en la historia de dos gangsters reales, Casino lleva al espectador por un mundo semidesconocido en el que los favores se pagan con favores, con palizas o, en algunos casos, con la muerte. Realmente Casino tiene poco que contar si observamos el guion desde lejos, pero cuando más cerca estás de la película, más te das cuenta de que son los detalles los que cobran importancia en favor del ya mencionado dinámico desarrollo.
Robert de Niro está soberbio, como casi siempre. Se siente cómodo en los papeles medio pirados de Scorsese y saca un partido de ellos al alcance de muy pocos. Joe Pesci es otro de los actores fetiche del director y también lo es por su impresionante capacidad para moverse en registros exageradamente violentos. Pocas veces te encontrarás por la calle a un tipo del tamaño físico de Pesci y te cagarás encima, pero tras ver varias de sus interpretaciones, ya puedes tener más cojones que el caballo de Espartero, que si te lo cruzas, las suelas te estarán tocando el culo en menos de dos segundos. Sharon Stone brilla de una manera impresionante. Personificando el cambio al que llevan los excesos, se convierte en el giro hecho personaje y cumple muy bien con su función en uno de los papeles en los que más destaca su imponente belleza.
Resumiendo, que es gerundio: espectacular obra de un Scorsese que nos da la razón a los que somos críticos con él. ¿Por qué? Muy sencillo: porque si eres capaz de hacer películas como esta, es inconcebible que luego nos metas medianías como El cabo del terror o Toro Salvaje, en las que todo gira alrededor del "coño, puta, hostia, qué loco estoy, soy más chulo que un pepino vestido de flamenca", y lo digo a sabiendas de que pocos compartirán eso. Pero bueno, que lo digo muchas veces, que al final es solo mi opinión...
Robert de Niro está soberbio, como casi siempre. Se siente cómodo en los papeles medio pirados de Scorsese y saca un partido de ellos al alcance de muy pocos. Joe Pesci es otro de los actores fetiche del director y también lo es por su impresionante capacidad para moverse en registros exageradamente violentos. Pocas veces te encontrarás por la calle a un tipo del tamaño físico de Pesci y te cagarás encima, pero tras ver varias de sus interpretaciones, ya puedes tener más cojones que el caballo de Espartero, que si te lo cruzas, las suelas te estarán tocando el culo en menos de dos segundos. Sharon Stone brilla de una manera impresionante. Personificando el cambio al que llevan los excesos, se convierte en el giro hecho personaje y cumple muy bien con su función en uno de los papeles en los que más destaca su imponente belleza.
Resumiendo, que es gerundio: espectacular obra de un Scorsese que nos da la razón a los que somos críticos con él. ¿Por qué? Muy sencillo: porque si eres capaz de hacer películas como esta, es inconcebible que luego nos metas medianías como El cabo del terror o Toro Salvaje, en las que todo gira alrededor del "coño, puta, hostia, qué loco estoy, soy más chulo que un pepino vestido de flamenca", y lo digo a sabiendas de que pocos compartirán eso. Pero bueno, que lo digo muchas veces, que al final es solo mi opinión...