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España España · Madrid
Voto de santos:
9
Drama Antonio Salieri es el músico más destacado de la corte del Emperador José II de Austria. Entregado completamente a la música, le promete a Dios humildad y castidad si, a cambio, conserva sus extraordinarias dotes musicales. Pero, después de la llegada a la corte de un joven llamado Wolfang Amadeus Mozart, Salieri queda relegado a un segundo plano. Enfurecido por la pérdida de protagonismo, hará todo lo posible para arruinar la carrera ... [+]
25 de septiembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una fría y nevada noche un anciano se declara a gritos culpable de asesinato y trata de suicidarse, pero es detenido y trasladado a un sanatorio. Días después un sacerdote acude para confesarle y aliviar su sufrimiento; dicho hombre resulta ser Antonio Salieri, uno de los compositores más prestigiosos de su época y la persona a la que asegura haber matado es Wolfgang Amadeus Mozart, un virtuoso genio que todo el mundo recuerda y al que siempre envidió.

Portentosa obra de Milos Forman basada en el texto de Peter Shaffer en la que se realiza un acercamiento a la impresionante figura de Mozart y a su rival Antonio Salieri, un buen creador relegado a un segundo plano. No soy el mayor conocedor de la vida del prodigio austriaco, pero me parece demasiado ácida la visión de los celos del italiano y la inmadurez y soberbia del de Salzburgo; tampoco me convence las continuas referencias que hace el viejo Antonio a Dios durante su relato.

Pero son las únicas pegas que se le pueden encontrar a esta magnífica obra del checo que vuelve a dar en la diana y que se saca de la chistera la película del año y una de las mejores de la década. Todo parece estar medido y planificado al detalle porque muchos son los aspectos que brillan: el vestuario es delicioso, la banda sonora de auténtico lujo, las escenas de la ópera en el teatro nacional son apabullantes y cortan la respiración, la ambientación y puesta en escena son de cátedra y trasladan durante dos horas a la época clásica.

El apartado interpretativo va completamente ligado a la excelencia de la cinta, porque el duelo de los protagonistas es realmente formidable, duelo con claro vencedor ya que F. Murray Abraham transmite con una simple mirada un torrente de emociones y sentimientos y su Salieri es la viva imagen de los celos y la rabia, pero también de la admiración y del profundo respeto hacia su enemigo. Tom Hulce hace un papel sensacional como un engreído, caprichoso e irresponsable monstruo de la música; verle dirigir la Ópera con ese entusiasmo, seguridad y pasión resulta colosal, tanto como debió ser el propio genio de risa floja. Lo más curioso del asunto es que tras semejantes interpretaciones ninguno volvió a tener papeles destacados y ambos andaban sobrados de cualidades y talento. En fin, para la historia quedan sus meritorios trabajos en Amadeus.

No hay suficientes Salieris, mojigatos capellanes o detractores en el mundo que consigan desprestigiar la música que regaló Mozart al resto de la humanidad. El tiempo es sabio y coloca a cada cual en el puesto que merece y Wolfgang está y permanecerá en el suyo: la élite.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
santos
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