Si hiciéramos una crítica de esta película con los criterios clásicos, los que utiliza Hollywood para dar sus Oscar o Cannes para dar sus Palmas, sería una película mala o muy mala. Pero esos criterios no son aplicables a este subgrupo de películas. Por eso planteé hace tiempo que Hollywood debiera cambiar sus categorías como hace el mundo de la música donde ya no es que separe a Mahler de los Rolling Stones, es que estos tampoco los junta con Bad Bunny o con Hendrick Lamar. Eso permite que todos, dentro de sus subgrupo se lleven premios porque son los mejores en lo suyo.
Con estos criterios, y situando a la película entre las que tienen un guion de comic o entre las que las imágenes generadas por ordenador superan a las de cámara, está bastante bien desarrollada por el director, que en estas películas es un equipo y no solo el que figura en cabecera, y Benedict Cumberbatch se adapta bien al papel; sus expresiones faciales son extraordinarias. Hay que pensar que la mayoría hay que hacerlas como un mimo delante de un croma sin antagonista, y eso no es fácil.