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Voto de Antonio Morales:
8
Cine negro. Drama. Romance. Thriller Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gilda nació como una producción modesta de la Columbia, que quería un vehículo estelar para Rita Hayworth. Fue el puro azar el que hizo de ella un título legendario, el trampolín ideal para forjar el mito de “la diosa del amor” que persiguió a su protagonista el resto de su vida. Rita había sido una de las chicas pin-up – las que ilustran las portadas de las revistas -, más populares de la Segunda Guerra Mundial y su foto recortada había hecho soñar a los soldados americanos en el frente. Al acabar la contienda, de vuelta en casa, estos muchachos llenaron las salas de cine para ver a su ídolo en movimiento. No les defraudó, porque, como sostenía la publicidad, “Nunca hubo una mujer como Gilda”. Con menos poder de seducción o carga erótica que la mayoría de sus competidoras, el gran atractivo de la estrella radicaba en su capacidad de provocar, en eso era única.

Este melodrama respira la esencia del cine negro por su planteamiento, la presencia de una trama criminal con implicaciones ideológicas, traiciones, celos, cierto tono misógino, el aventurero Johnny Farrell (Glen Ford) mantiene una extraña relación con la mujer de su jefe, pero más extraña es la mantiene con el marido de esta. El trabajo de Charles Vidor se pone de manifiesto en la definición de esos tres personajes, así como excelentes detalles de puesta en escena. Un repertorio de frases ingeniosas con doble sentido, lanzadas como dardos envenenados.

La verdad es que los personajes masculinos parecen estar en función de una historia pensada a la medida de Rita Hayworth, protagonista indiscutible de la película, como demuestra su impresionante aparición, desplegando provocadoramente su preciosa y larga melena. La repercusión de Gilda superó el ámbito de lo cinematográfico para convertirse en un fenómeno sociológico. La sociedad española de los cincuenta la recibió escandalizada, la influencia de esta película fue tal que se ha hecho sentir hasta en el cine Español en títulos como “Beltenebros” de Pilar Miró o “Madregilda” de Francisco Regueiro.

Continúa en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
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