Entré al cine asustada. No quería otra metedura de pata como la de "Fuga de cerebros". No quería volver a tener la sensación de haber perdido dinero. Y no la he tenido.

No es la mejor película del mundo, ni se acerca. Pero te hace reir, y eso falta. No con un humor rancio y con olor a sexo, sino con bromas de verdad, de las que te hacen esbozar una sonrisa sin pretenderlo. Porque eso hace esta película, hace que sonrias y estés metido en ella, sin pensar...y cuando piensas te ves con una sonrisa en la boca.

A parte, es una comedia bastante dramática. Dejando de lado todo el rollo del pagafantas, el paleto, pringado, etc., creo que a veces llega a hacernos sentir algo más que humor. Y eso es algo que hay que agradecer al cine español, que, aunque esté de risas si hay que ponerse serios, se ponen serios. Y punto.

Por último, he tenido en el cine la misma sensación que cuando vas a ver una película, en principio, para niños (tipo Ice Age). Esta vez los niños, eran los adultos...que sólo se reían con los pocos chistes "americanizados" y más primitivos y, sin embargo, ni se inmutaban con las sutilezas y flecos de humor de la peli, que merecen mucho la pena.

En esta peli estás dentro desde el principio.