Sí, es muy jodido ser de raza negra en Estados Unidos. Y si a eso sumamos ser de etnia judía, entonces apaga y vámonos.
Ninguna novedad acerca del tema del racismo. Benton narra una historia que para mí carece de bastante interés. Anodina. Poco vinculante.
Un profesor de ascendencia afroamericana y judía, pero cuya piel y ojos claros no delatan sus orígenes. Cuando era joven, eligió lo más cómodo: renegar de los suyos. Escogió la opción más cobarde, o la más sensata, según se mire. Para que sus posibles futuras esposas no se asustaran y echaran a correr ante la perspectiva. Para no acabar conformándose con un empleo de camarero porque declarándose negro no podría aspirar a mucho más. Para que los WASP (White Anglo Saxon People) del noreste no lo señalaran con el dedo despectivamente.
No quiso ser etiquetado en un rango inferior. Se negó a marcar la casilla correspondiente a "negro" en los típicos formularios en los que una de las cosas que miran con lupa es tu color.
Huyó de la etiqueta que le correspondía en su comunidad, pero le salió muy caro.
Y ya en su vejez, las ironías de la suerte se ríen de él. Expulsado de su plaza de profesor por una acusación de racismo.
Si es que ya no hay manera de saber quién es más racista que quién, y hasta qué extremo se utiliza ese término.
No sé cómo será la novela de Philip Roth. Tampoco sé si la película le hace justicia o no.
Me interesa poco la biografía a saltos de Coleman Silk. No me estrecha las manos con las del personaje. No me despierta una especial curiosidad hacia él. Ni hacia los problemas de su juventud, ni hacia su afición al boxeo, ni hacia las mujeres de su vida (el amanecer del amor, la compañera fiel, un complicado lío de ocaso), por no mencionar a algún ex-marido cabreado, ni hacia su amigo escritor, que supuestamente relata "la truculenta vida y el triste final de Coleman Silk". Falta profundidad, alma, vísceras. Un argumento más, como tantos que no destacan, porque lo que cuentan quiere llegar lejos pero no remonta. Un argumento más que se pierde en la memoria y que con el transcurrir de los días se diluye sin dejar apenas una leve impronta.
"Los cobardes mueren varias veces antes de expirar."