Sin dudas que ésta es la película de más merchandising de todos los tiempos, y en verdad que en su tiempo fue una película que impactó, pero viéndola hoy día más tranquilo y aislado de la mercadotecnia, se ven las falencias que la misma posee desde la narración. Sin dudas que la cinta es entretenida, te apabulla visualmente, es intensa y emotiva a raudales. Ahora bien, el argumento en sí no resiste el más mínimo análisis. El filme es de ciencia ficción, así que hay que tener cuidado con los conceptos que se manejan, los mismos no deberían ser tan ligeros como en los que se manejan en una cinta de corte fantástico. Sin embargo, la historia en sí me parece muy traída de los pelos, y es una lástima porque ese desatino no hace que disfrutemos de los demás aspectos de la película.
En esta cinta se trata de mostrar una idea muy fuerte, que con la naturaleza no se juega, que el hombre jugando a ser Dios no le va para nada bien, lo que surge para mero entretenimiento, termina siendo una pesadilla porque se vulneran ciertos códigos de la propia madre naturaleza. El hombre y los dinosaurios no nacieron para estar juntos, por algo unos se han extinguido y los otros han evolucionado: ésa vendría a ser la idea fuerza que Spielberg maneja aquí. Una pena porque para mi gusto, científicamente no está bien trabajado el tema, con el afán de proporcionar diversión al espectador se descuidan muchos detalles que hacen que el guión sea bastante inverosímil. Por allí la fundamentación termina siendo demasiado infantil, pero las alternativas del filme son quizás demasiado violentas para todo público.
Lo demás es encomiable: la ambientación impresionante, los efectos digitales oscarizados, gran partitura de John Williams que posee un bello tema central sinfónico y mucha utilización de coros, abundante aventura adrenalítica y respetables interpretaciones de las que destaco a Sam Nelly, Laura Dern y Richard Attenborough.
Un aceptable trabajo, un estereotipo de los tópicos del cine industrial palomitero, que sin dudas deslumbrará al público que ve en el cine un mero entretenimiento y que dejará con un cierto dejo de insatisfacción a aquel que exige un poco más al séptimo arte.