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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
9
Bélico Segunda Guerra Mundial, 1944. Tras el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de ... [+]
6 de abril de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obsesión de Spielberg por la sangrienta SGM dio sus frutos en dos maravillosos regalos para el cine con mayúsculas. El primero de ellos fue "La Lista de Schindler", y 5 años después renovó el viejo cine bélico con esta "Salvar al Soldado Ryan".

El filme narra la historia de una unidad comandada por el capitán John Miller, a la que encargan la misión de buscar y llevar de vuelta a casa al soldado James Ryan, cuyos 3 hermanos han muerto. Deberán de internarse en una Francia ocupada por los nazis y recorrer, desde la playa de Omaha en Normandía, cientos de millas hacia el interior hasta dar con él.

La película es pionera en el realismo documental. Cámara en mano, ofrece escenas propias de un reportero de guerra que está cubriendo una noticia. El mayor ejemplo lo tenemos en la incómoda y terrible primera media hora, donde se narra el desembarco de Normandía como nunca antes se había rodado una escena de guerra, con toda la crudeza, todo el horror, todo el miedo y toda la violencia sin sentido que atenaza a los hombres que entran en combate. El miedo puede al corage, los nervios ante la conciencia de una muerte próxima están a flor de piel, y las tripas se desatan mientras las balas silban alrededor, creando un ambiente tan caótico que es inevitable la inmersión del espectador en medio del combate. El magnífico sonido nos hace sentir las explosiones, las balas perforando carne, las armas que se atascan o los llantos de dolor de seres humanos sufriendo en un infierno que ellos mismos han creado. Es el horror de la guerra como nunca antes se ha filmado.

La sensación de crudeza no desaparece después del terrible desembarco, sino que impregna toda la cinta posterior. Esos tonos fríos, incómodos y lluviosos, de la fotografía de Janusz Kaminski, nos transportan junto con los soldados a una guerra donde no hay héroes sino víctimas, donde las hazañas heroicas no importan tanto como la disciplina, la honradez y el compañerismo. Todos están allí por el deber, y el deber está por encima de sus propias vidas.

La dureza de algunas escenas suponen un mazazo a la integridad del espectador más estoico, pero todas son escenas necesarias y realistas. Spielberg no esconde nada, ni quita hierro a la realidad; lo único que hace es contarnos una historia bajo un contexto bélico, y deja que las circunstancias y las consecuencias jueguen su partida. Una bomba puede volarte las piernas o sacarte las tripas, al igual que una bala puede llevarse para siempre a tu mejor amigo, y eso es ni más ni menos lo que pasaría.

Si hubiera prescindido del final sentimentaloide y patriótico, Spielberg habría firmado una obra prácticamente perfecta en todo. Su visión del cine, una vez más, es para quitarse el sombrero y rendirse ante el indiscutible gran director que es. Imprescindible.
Richy
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