¿Qué voy a hacer con mi marido?

No sé de dónde se han sacado este título en castellano, que desde luego es demasiado anodino, tanto como la dirección de un David Frankel al que le viene grande el guión y la altura interpretativa de sus protagonistas.

Guión sencillo, pareja casada durante más de treinta años que viven inmersos en una rutina que no es nada estimulante para ninguno de ellos, por eso, y antes de continuar con la misma o divorciarse, se dan una nueva oportunidad para devolver algo del fulgor del amor que un día tuvieron, para lo que buscan ayuda, algo que es muy común en EE UU, el abogado y el terapeuta.

Interpretaciones excelsas de doña Meryl Streep, por la que parece que no pasan los años en su estupenda madurez, y de Tommy Lee Jones que acepta a regañadientes la oportunidad que le ofrece su esposa. Sin duda, dos grandes actores que tienen su química y que de este producto anodino a todas luces consiguen una interesante película.

Mi nota, un aprobado alto, un 6.

Meryl Streep hace buena casi cualquier película en la que intervenga, gracias a su talento interpretativo, que da credibilidad a cualquier papel que interprete. "Si de verdad quieres..." no es la excepción. Una historia, un poco plasta, sobre el amor pasional en la madurez, adquiere sensibilidad, básicamente, por el protagonismo del personaje central. Sin Meryl Streep no habría producción. El film es ella.

David Frankel se las prometía muy felices con la presencia de dos pesos pesados como Meryl Streep y Tommy Lee Jones, de todos modos, más la primera que el segundo, y un argumento picante sobre un matrimonio ya mayor que tras 32 años de vida común viven como compañeros en vez de como pareja. Bien, me convence su planteamiento pero a los quince minutos "Si de verdad quieres...", por cierto, traducción completamente libre del original inglés "Hope Springs", menuda imaginación tienen, se estanca en la búsqueda de situaciones embarazosas sobre la vida sexual de sus dos protagonistas.

Esto no sería del todo censurable si se hiciera con humor, cosa de la que carece por completo, no se abusara del recurso y sobre todo, condujera a algún lado. Después de todo, no hace falta un psicólogo o terapeuta sexual para adivinar cuál es el problema de pareja pero los guionistas lo embrollan tanto que uno termina por estar confundido. ¿Será acaso impotente en el buen hombre? A mí los primeros dos tercios me han resultado aparatosos y el último un tanto forzado. Por lo menos tenemos unas actuaciones muy potentes, con el añadido de los pseudocameos de Elisabeth Shue y Mimi Rogers.

Lo de esta mujer, Meryl Streep, es que es muy fuerte. Es maravillosa. No hay más. Cada vez es todavía más brillante, ¡me encanta! Es estar ella y la película se vende sola -los guionistas, seleccionadores, directores, etc. lo saben, no es nada nuevo-. Y si ya está en compañía de Tommy Lee Jones y Steve Carell (que me encanta), pues ya completamos.
Por cierto, me gustaría aclarar a todos aquellos que al leer Steve Carell piensen que estará en su papel de graciosete, fallarán de pleno. Ha estado estupendo.

Aparte del elenco -y menudos actores, repito- es cierto que, en mi opinión, es una pena que no coincidan en otro tipo de película, para poder contemplar las magistrales interpretaciones que los tres pueden darnos. No obstante, creo que en Hope Springs han estado correctos en sus roles y como actores, geniales. La historia fluía, no eran interpretaciones forzadas, incómodas, incompenetradas; al contrario, parece que hayan estado conviviendo antes de hacer la película.

En cuanto a la historia, coincido en alguna/s crítica/s que he leído por ahí en cuanto al tema que toca. El sexo maduro, el sexo en matrimonios de más de 20 o 30 años. Tabú para algunos, incómodo -en el sentido 'puag'- para otros y completamente normal para el resto. Señores, es la vida, ¿acaso no nos vamos a besar, a tocar o acostar con nuestras parejas después de los 40 o qué? Un poquito de sentido común y menos inmadurez.
Pues de eso va la película: un matrimonio en ese momento peligroso de la rutina, donde uno de ellos carga el último cartucho para intentar volver a avivar la llama del amor, esa que nunca se va, pero muchas veces se descuida porque al fin y al cabo hay un atisbo de lumbre.

La película mezcla e integra bien las partes cómicas con las dramáticas, siendo cada una en su momento bien vívida; es decir, en las partes más relajadas notamos que todo va bien, reímos y cuando les va mal, les va bastante mal y piensas que no se arregla. Está bien equilibrada en ese aspecto. También es cierto que por esto mismo, puede verse como ñoña, que busca la simpatía del espectador de una manera rápida. Tal vez en esto es en lo que flojea, en parecer tener la necesidad de agradar pronto a la audiencia y en dejarles prever la historia.

A pesar de esto, es tierna y natural. Podría ser la historia de cualquier matrimonio, eso sí, de clase media. Meryl Streep y Tommy Lee Jones de protagonistas. Sé que en muchos casos no solo basta eso, pero en serio, ¿hace falta que les diga más?

Escribes un guión. Es posible que estés hablando de ti, pero disimulas, que parezca "casual", que no te implique demasiado para el que no quiera ver. ¿Y para el resto? Pues el resto que mire si a eso han venido. Quizá no sea mucho más que un espejo ante el que enfrentar a los sinceros, los valientes o los necios - que vienen siendo los mismos es distintas etapas de su vida.

Una vez escrito buscas dos actores que sepan de que va la historia -y si no los encuentras te conformas con dos grande actores cualesquiera- que ellos harán el resto. Steve Carell está can comedido que asusta, Tommy Lee Jones acierta hasta en los sombrío y Meryl Streep está... bueno, como siempre está Meryl Streep.

No es una gran película pero no le hace falta. Lo único que le hacía falta es que no la hubieran querido vender como una comedia facilona más.