Vivir su vida

Ver esta película me ha supuesto una experiencia muy frustrante. No entiendo el sentido de los temas de conversación y lo que quieren decir los pocos diálogos que hay. ¿A qué vienen? La tan alabada charla con el señor entrado en años no me produce ningún interés, palabrería intransitable e insufrible de la que no he podido extraer ninguna reflexión. Bueno, que para decir algo interesante hay que haber permanecido callado un rato, ya que si se habla sin parar se dicen gilipolleces. Y que el amor es auténtico cuando es sincero, y que hay veces que se miente porque no se encuentra la palabra adecuada...

Me parece un rollo, muestra lo fácil que es hacer un cacao mental de cualquier nimiedad palabra o frase que a uno se le pueda ocurrir, enlazando cosas a voleo y trazando conexiones disparatadas. A medida que se acercaba el final se apoderaba de mi una sensación de que lo que estaba viendo era simple y llanamente un timo. Así de sencillo. Un tío pedante e insoportable (me constan algunas anécdotas de su biografía) que nos machaca con sus pajas mentales, con una novedosa (porque a nadie más en su sano juicio se le ocurriría semejante disparate) técnica de rodar, en la que eso sí, se gusta induciéndonos hasta la extenuación sus tics y manías personales. Eso es todo lo que veo yo tras la todo el barniz intelectualoide.

El argumento es expuesto de manera difusa, que no te enteras de nada, vamos, (por no hablar del buenista retrato de la prostitución callejera, chicas jóvenes y bohemias, no sé, igual sería así en la época) pero tal debe de ser el estilo Godard. La protagonista me parece una petarda insufrible que aprovecha cualquier interacción coloquial para endosar una disertación pretendidamente intelectual sin venir a cuento, sin ningún contexto. (A mi me parece que el tipo utilizó a su pareja como una mera coartada para plasmar en pantalla sus obsesiones.) Como no podía ser de otra forma, todos los tíos están encantados de escucharla, por lo que los diálogos de besugos están servidos.

Tiene alguna cosa buena o pasable, el baile, la fotografía, el sonido natural, o la mecánica enunciación de las características de la prostitución de la época, pero todo eso acaba siendo residual juzgando el conjunto, una película que no entiendo lo que quiere decir (ni siento que me interesa).

"Vivir su vida" nos cuenta la vida de una joven que por necesidad de dinero se mete en el mundo de la prostitución. La historia transcurre en 12 capítulos, esto es un punto a favor de la película, no solo por la originalidad, sino por ser Godard unos de los pioneros de esta técnica de la que más tarde sacaría mucho provecho Lars Von Trier. Asímismo, el guión cuenta una historia demasiado superficial en los sentimientos de los personajes, pero con exceso de información intelectual, y filosofías del director.

La fotografía de la película es correcta, ni mala ni buena. En cuanto a la dirección, todos sabemos que Jean-Luc Godard tiene un estilo muy particular de dirigir sus películas, que en lo personal, no me gusta demasiado, hay largos planos en los que parecería que la cámara no sabe que hacer y se pone a girar o a encuadrar cosas que no tienen ningun valor, y no es que no me gusten los planos largos o plano-secuencia, pero una cosa es como lo utiliza Carl Theodor Dreyer o Ingmar Bergman, y otra muy distinta, como lo utiliza Godard. En mi opinión, el director que nos acontece en esta crítica, tiene un estilo de dirección muy arriesgado, a veces, parece que estamos viendo una obra experimental, y quizás sea así.

Para finalizar, las actuaciones estan correctas, sin más, a excepción de Anna Karina, quien hace una magnífica interpretación durante toda la película.

En fin... les recomiendo verla, no es muy entretenida, pero bueno, es la obra de un grande, y como tal, no se puede dejar de ver.

Saludos!

En pleno apogeo de la Nouvelle vague, Godard experimenta de todo en esta cinta: brevemente con el cine mudo, con largos silencios o largas conversaciones filosóficas, bailes que no vienen a cuento (el baile de Nana es famosísimo) y hasta tomas enteras en donde los actores están de espalda.

Me gusta el cine francés. Aunque no siempre entiendo todo lo que me quieren contar... a veces siento que son demasiado raros, extravagantes en sus decisiones y formas de actuar. Pero las calles parisinas, la belleza de las mujeres con el corte carré (hay planos de Anna Karina que enamoran), el blanco y negro irresistible, el mismo idioma, tan exquisitamente dulce como irritante, hacen que pase por alto las bizarreadas a las que nos tienen acostumbrados.

La vida de una prostituta puede contarse, como cualquier otra vida, de muchas maneras; Jean Luc Godard elige una fórmula experimental y por capítulos, para acercarnos el día a día, que es un transcurrir de momentos y conversaciones, de una guapa provinciana que decide poner su cuerpo a disposición de quien pague un precio razonable, que ni siquiera ella sabe cual es.

Desnudo el argumento de razones ineludibles o de traumas atenuantes, la difícil situación en la que Nana (Anna Karina) se encuentra ha sido diseñada, de alguna forma, por ella misma que ha tomado la resolución de hacerse actriz dejando hijo y marido en la estacada.
Con el mismo desapasionamiento con el que Nana ejerce su nuevo oficio, nos relata el director sus idas y venidas por las calles y bares parisinos, su falta de motivaciones, el resignado transcurrir del tiempo, que arde tan lentamente como la llama de sus múltiples cigarrillos.
Lo que está a punto de descubrir esta "dulce muchacha triste" es que además de minutos para quemar la vida está llena de trampas, algunos las llaman destino.

Godard, como era de esperar, no utiliza los clichés al uso, para él Nana es tan solo una trabajadora insatisfecha, cuyo jefe o proxeneta ni siquiera es un ruín explotador, si no un filósofo con capacidad de aconsejar; y como la mayoría de las profesiones, esta, la de señorita de compañía también tiene sus riesgos.
¡Nada de moralinas!, grita el vanguardista franco-suizo a sus amigos de la nouvelle vague. ¿Pero quienes somos nosotros para juzgar a alguien que voluntariamente ha dispuesto cómo ha de vivir su vida, máxime si tiene los grandes ojos de Anna Karina?

Como experiencia Godard es con la que mejor he congeniado después de ver varias de sus películas.

Además recomiendo encarecidamente que sea su primera película que veas, si quieres meterte dentro de su universo vanguardista y de su mentalidad dentro del Mayo 68 de París, quizá porque ha priorizado y conseguido que el espectador empatice bastante con la frustración, apatía y la humanidad de la protagonista ante la imposibilidad de cumplir sus sueños.

De alguna es la lucha por definirse en el mundo adulto, trabajar en los empleos que te salen, las duras condiciones de vida, y luchar por conseguir tus sueños que muchas veces no se consiguen.

Entre el documental y una película propiamente vanguardista narra la historia de Nana una joven francesa de provincias con el sueño de ser actriz, empieza trabajando en una tienda de discos en París, tiene problemas con el alquiler y al final desesperada decide dedicarse a la prostitución, no me suelen caer bien estos personajes narcisistas creídos sin embargo su proceso de maduración me parece bastante realista.

El casting también por una vez me parece bastante adecuado, de alguna manera los actores se interpretan a si mismos: por ejemplo Anna Karina hace de una (aspirante a) actriz perdida que busca una oportunidad desesperada.

Godard sabe mezclar géneros para no ser monótono, a veces te cuenta la historia como un documental con preguntas y respuestas en una voz en off, en otra como una película convencional y en otra con un experimentación intimista de un cine de pocas palabras para entender la desorientación de la protagonista y su mundo.

Godard no puede evitar ser Godard, y tiene alguna escena chirriante pero que es coherente, como cuando la chica esta desesperada porque no puede pagar el alquiler, y ve el mecanismo del ascensor con sus contrapesos con su artilugio confuso que parece una metáfora emocional de lo que ella siente en una gran ciudad donde a nadie le importa lo que te pasa.

Como suele ocurrir hay una falta de sintonía entre la música y la trama de la película, hay escenas donde parece que rodara en la calle sin ni siquiera avisar a los viandantes.

Es la primera película de Godard que no me ha parecido aburrida porque a pesar de su intertextualidad impaciente, los comentarios que hace son coherentes y pertinentes.

Al final la rebeldía metafísica acaba en esto: los sueños de la juventud sueños son.