¿Qué voy a hacer con mi marido?

No había oído ningún comentario ni ninguna opinión sobre esta comedia, pero un día que buscaba entre mis dvd una película que no me sonara para verla, y sorprenderme con su historia; apareció "Si de verdad quieres".
He descubierto una comedia entretenida que habla del amor. De como una pareja intenta salvar su matrimonio que ha caído en la temida rutina después de muchos años de matrimonio.
La historia está tratada con ternura y sobre todo con humor. Como estas dos personas maduras queman su última cerilla para poder salvar un matrimonio que lleva mucho tiempo con la pasión muy apaga.
La película cuenta con escena muy divertidas debido a como están tratadas. Pero es verdad que la trama se mantiene en hilo cómodo sin destacar en ningún momento. Uno se divierte y se entretiene, pero existe una pequeña percepción de que se lo podría haber dado otra vuelta de tuerca para que la comicidad hubiera llegado a mucho más. Aun así, divertida y muy entretenida.
La pareja protagonista son Meryl Streep y Tommy Lee Jones. Ambos son actores muy consagrados, y poco se puede decir de ellos que no se sepa. El trabajo de ambos no decepciona para nada, y ella obtuvo una nominación a los premios Oscar.
Meryl Streep ya nos tiene acostumbrados a realizar comedias frescas. En este caso da vida a esa mujer que invierte todos sus ahorra para apuntarse a unas charlas matrimoniales para salvar su relación estancada. Ella cuenta con momentos realmente brillantes. Y Tommy Lee Jones sorprende en este tipo de registro que no suele interpretar. Él también realiza un buen trabajo dando vida a ese hombre que se ha acomodado en su relación, y que tiene pavor para realizar cambios y abrir su corazón. Ambos forman un equipo brillante que funcionan a la perfección.
En fin, divertida comedia para una sesión de tarde con la que uno pasa un rato agradable y se ríe. Es verdad que podría ser más efectiva en algunas escenas, pero hay que reconocer que el tema está muy bien enfocado, y tratado con mucha ternura.

Kay y Arnold son una pareja con más de treinta años de matrimonio que atraviesan hace ya varios años una profunda crisis de pareja. No es solo que hayan dejado de acostarse juntos —y no es una expresión, duermen en habitaciones diferentes—, es que no se tocan, no se besan y no intercambian gestos de cariño. Llevan casados más de treinta años y a ojos de los demás forman un matrimonio perfecto, pero con el paso del tiempo se han convertido en dos extraños que viven bajo el mismo techo. Cada uno sigue su rutina, al margen del otro y prácticamente lo único que hacen juntos es comer. Han dejado de comunicarse, todo se reduce a hablar sobre algo del trabajo y el otro hace como que escucha. Triste, y muy común.
Kay, a diferencia de muchas mujeres chapadas a la antigua que aceptan lo que les ha tocado en la vida (porque así es la vida o así es el matrimonio o las personas no cambian), reacciona y al verse incapaz de desplazar la relación hacia una zona más saludable, busca ayuda, encontrando un libro escrito por un terapeuta de éxito que trata a matrimonios con problemas en una tranquila localidad llamada Hope Springs. Arnold considera la idea una completa y cara estupidez pero por complacer a su esposa accede a viajar hasta ese pueblo y visitar al especialista —a quien encarna un genial Steve Carell—. Ahí, en el desmenuzamiento de la relación, comienza el tramo más interesante y divertido de la película, con unos convincentes Streep y Jones exprimiendo las posibilidades de sus personajes.
No esperaba nada demasiado bueno de este film, que realmente ha conseguido sorprenderme con las magníficas interpretaciones de los dos actores principales, ambos inmensos en sus papeles, la grandiosa Meryl Streep, sin duda la mejor actriz de la historia del cine, y un sorprendente Tommy Lee Jones, que nos tenía acostumbrado a roles más serios y que sorprende gratamente sacando a la luz su vena más cómica.

Una película necesaria, ya que pocas hablan sobre los matrimonios que llevan toda la vida juntos. Qué piensan, qué sienten, cómo evoluciona la relación, el amor, el tedio, la rutina, los miedos y el sexo...
Meryl Streep siempre está maravillosa. Esta vez como ama de casa reprimida e insatisfecha y Tommy Lee Jones está a su altura como un hombre reservado, distante e incapaz de hablar de sus sentimientos.. Creo que puede ayudar mucho a personas mayores y no tan mayores que se sienten atrapadas en un matrimonio que no funciona, que han olvidado que sentían por su pareja y sólo se dejan llevar derivando a la tristeza. Una peli valiente, honesta y directa. Salven su matrimonio, nunca es tarde ! . Una delicia.

De la mano de David Frankel ("El diablo viste de Prada") nos llegó en 2012 "Si de verdad quieres..."; una tragicomedia estadounidense... con una estructura y puesta en escena de un corte muy característico al de las agradables y ligeras comedias románticas del cine hollywoodiense (personajes afables, bonita banda sonora, escenarios de casas norteamericanas de clase media-alta con mobiliario perfecto, tratamiento del drama de forma somera...), lo que la hace resultar completamente cómoda para el espectador.

Pero esta vez no estamos ante una trama de comedia romántica en la que los protagonistas son treintañeros en busca de un gran amor, sino que en esta ocasión los protagonistas son un matrimonio maduro en busca de la chispa perdida. Y es que su protagonista Kay (una siempre solvente Meryl Streep), una mujer de más 60 años se lamenta de que su matrimonio tras 30 años haya perdido el sexo... y la grata y poderosa intimidad física que ello conlleva (cosa por cierto, de lo más habitual en los matrimonios maduros). Así pues nuestra protagonista se pone manos a la obra (ayudada por un gurú de libros de autoayuda (un Steve Carrell que al menos no desentona, pero que desde luego ha tenido mejores papeles en el cine)) para que su marido (un Tommy Lee Jones magnífico) y ella vuelvan a recuperar el deseo... toda una odisea difícil de conseguir.

"Si de verdad quieres..." es un propuesta muy interesante, y mucho más empática, cómplice y realista que las bobas comedias románticas que suele proponer el cine norteamericano. Aun así, "Si de verdad quieres..." no ofrece todo lo que pudo dar a nivel de comedia ingeniosa o de drama apasionado.

La cinta se queda pues un poco endeble y apocada: con el suficiente talento a nivel interpretativo y de realización como para distraer en un primer visionado, pero sin el ingenio, la agudeza y la garra suficientes como para desear un segundo visionado o como para impactar, sorprender, hacer reír a carcajadas o llorar con desesperación.

La cinta por fortuna cuenta con una precisa realización por parte de Frankel (realización que presume además de un gran sentido del ritmo en sus cortes y movimientos de cámara, haciendo que la trama fluya con dinamismo), con una buena cinematografía, con una pulcra y elegante fotografía y, sobretodo, cuenta con una pareja de protagonistas enorme en un film de marcado corte teatral para el completo servicio de estos animales interpretativos (a estas alturas poco más se puede alabar a Meryl Streep y, en esta ocasión (y aunque no sea su papel más distinguido y señalado en su filmografía, y aunque haya realizado interpretaciones muchísimo (pero muchísimo) mejores) la intérprete dota a su personaje de sutilezas, naturalidad, cercanía y complicidad. Aun así esta vez es Tommy Lee Jones quien más despunta con su dual personaje de "entrañable gruñón", el actor se carga de carisma y de ternura en sus matices interpretativos).

La presencia, la clase y el buen hacer de Tommy Lee Jones y de Meryl Streep (con la cercanía y calidez con la que insuflan a sus personajes), la mano de Frankel en la puesta en escena, y un guión cómplice, amable y simpático que no cae en lo idiota en ningún momento... son ingredientes suficientes como para que el film no se haga fatigoso y vergonzoso, y para que se sostenga, interese mínimamente, contente lo suficiente y deje alguna que otra cómplice sonrisa (y puede que, si se tiene el día, deje alguna lagrimilla fácil).

Pero a "Si de verdad quieres..." le faltan varias claves en su libreto: imaginación, atrevimiento, descaro, ingenio, osadía... tanto en los momentos humor como en los de drama. Y es que a "Si de verdad quieres..." le falta mucha chispa y agudeza en su desarrollo y sus detalles. Es un film timorato, con momentos y situaciones a medio gas y poco o nada imaginativas... y sí muy trilladas y perezosas (y en ocasiones redundantes sin sentido).

Es una cinta que, a pesar de su temática, no presume de sorpresas y de riesgo. Y, si logra persuadir al espectador es gracias al oficio de Jones y Streep (si la cinta no tuviera a estos pesos pesados dudo siquiera que hubiera salido adelante).

Pues es muy difícil que una rutina apocada sin momentos de decidida brillantez se convierta en una ficción inolvidable y merecedora de visionarse una y otra vez. Es muy difícil que haya diversión de carcajadas sin sorpresas en el guión (porque "Si de verdad quieres..." no aporta ocurrente primicia en el humor ni mucho menos).

Pero gracias al empaque de sus dos protagonistas, a la ejecución y cadencia de Frankel y a que el libreto no cae en lo pueril y sí en la rutina y realismo cómplices (aunque el hecho de que una cinta sea realista no sea un elemento que la haga buena de por sí como relato de ficción... se agradecen los detalles de cariñosa confinidad. Pues el film nos guiña el ojo con simpatía), "Si de verdad quieres..." es un film digno, que da lo suficiente para entretener y ser un divertimento pasajero y fútil. Pero al conjunto le falta mucho más humor y drama talentosos, pues la cinta se queda tan efímera como "blandita".

Lo mejor: Tommy Lee Jones y el carisma, la ternura y la dualidad que imprime a su personaje. La puesta en escena. La solvencia de Meryl Streep.
Lo peor: Se echa en falta más perspicacia, arrojo, sagacidad y sorpresa en el humor. También se echa en falta más trabajo en la construcción de sus dos personajes principales.

Ésta es ima de esas películas que despiertan interés pese a su medioc... pese a su director.
Huelga decir que el reparto es realmente bueno y la historia es interesante; lo que puede fallar es como se cuenta la historia. Nadie puede decir que la historia no daba para más. Esa respuesta es de conformista y de mediocres. Siempre se puede hacer algo más. No me veo a Streep ni a Jones aceptando que van a realizar mediocres películas. Y de hecho, tanto ellos (Carell en menor medida) como la historia que los rodea es lo que levantan la película, porque Frankel parece que sigue buscando el rumbo.
Ojo, no es que haga un mal trabajo Pero no hace un trabajo que merezca la pena. Es como si trabajara con un piloto automático que no le permitiera hacer nada destacable o realmente personal.

Una lástima. Hay películas para las que un seis es un premio, para otras es un castigo porque podrían aspirar a más. Ésta es de las segundas.