Pagafantas

Siempre se ha comentado que las relaciones de amistad profunda entre hombres y mujeres es imposible porque, normalmente, uno de ellos quiera algo más y eso es lo que nos relata esta historia.
Chico conoce a chica. Su plan es, a través de ser su amigo, pasar al siguiente paso y ser algo más, pero ella sólo le ve como “su mejor amigo” (tal y como dice en la película).

A lo largo de la historia observamos como el personaje se va convirtiendo en un muñeco manejado por los intereses propios de la heroína de nuestra historia. Desde “adorar” a Enrique Bunbury a ayudar a la protagonista en problemas de índole más serio relacionados con su situación de ilegal en el país.
El protagonista, Gorka Otxoa, es la gran baza de la película. Consigue que nos sintamos identificados con él en sus alegrías y en sus penas. También hay que destacar al estupendo y recuperado Oscar Laroide.
Es una comedia pero también un drama pero sin ser cruel y sin llegar a humillar al personaje hasta límites que no se pueda recuperar. Utilizando ciertas herramientas de las comedias americanas con un toque nuestro y, sobre todo, de una naturalidad absoluta.

Buen debut en la dirección de Borja Cobeaga. Y, por último, no olvidar ese toque de humor vasco practicado en el famoso programa de la ETB “Vaya Semanita”.

Adaptación al estilo español de la comedia juvenil y adolescente norteamericana. Es decir, no nos esperemos nada innovador en cuanto al argumento. Pero en este tipo de pelis eso es lo de menos. No tratemos de descubrir el universo. Aquí vamos a pasar el rato y por lo tanto el éxito de la empresa depende de si consiguen crearnos situaciones divertidas y que nos hagan pasar un buen rato. Partiendo de esta premisa el pagafantas mantiene una constante sonrisilla en tu cara, para mi gusto, en ningún momento tiene un punto de esos de deshuevarte de la risa, pero mantiene su situación cómica en todo momento a un nivel aceptable. La película parte de múltiples tópicos ya explotados de sobra por el cine americano, solo que los convierte un poco en documental a lo Felix Rodríguez de la Fuente. Ese es uno de los puntos de frescura de la peli. Otros elementos que le dan vidilla son el buen hacer del reparto de actores con gran experiencia en el cine cómico, la alocada Claudia, pieza clave en esta historia, y que representa el polo opuesto del protagonista, acrecentando así la atracción de este hacia ella, y creando una buena química en la pantalla. En el spoiler os dejo un consejillo para los que todavía estéis en busca del amor de vuestra vida.

Película rauda, de consumo fugaz, generalmente de risa demasiado fácil, con momentos coñones y otros patéticos. ¿Soplo de aire fresco? Para nada, no es más que otra comedieta resultona fruto de la chispa especial que suelen poseer las operas primas, pero con un profundo y apestoso tufo a capítulo piloto de producto televisivo (muy de acuerdo con la crítica de Frank Drebin) no es cine, es comida rápida que puede llegar a parecer un gran plato cuando hay hambre, pero con el cerebro asentado y en frío, comienza a vislumbrarse la bazofia.

Y lo de renovación de la comedia española es para escojonarse, pues aquí lo único que veo es una copia castiza del estilo Apatow en mediocre. Aun así, bien la pareja protagonista y especial identificación con el pobre pagafantas, pues comparto con él la repugnancia por el petardo de Bunbury.

Una de las ideas feministas que más daño hace a las mujeres y, quizás por eso, más me irrita es esa que afirma que ellas no deben ser objetos pasivos sino sujetos activos en todos los lugares y también en el arte de la seducción o del romance. Siguiendo esta doctrina la ficción contemporánea está llena a rebosar de chicas babosas que persiguen, se declaran, se desviven, idolatran al varón y tragan con todo con tal de que éste se fije en ellas. Y esta degradación absoluta del sexo femenino se hace en nombre de su libertad y su dignidad, bajo el paraguas del feminismo empoderador. Sin embargo, por fortuna, esta fantasía aberrante no se da en la realidad. Al contrario, es el hombre el que cae en todos estos comportamientos. Es lo que se conoce como pagafantismo, un fenómeno casi exclusivamente masculino que, como otros, demuestra que más allá de las trolas de los supuestos privilegios de los hombres, del patriarcado y el machismo opresor, en las relaciones diádicas, el sexo débil normalmente siempre ha tenido el poder. Y lo tiene por la sencilla razón de que el hombre se siente mucho más atraído por las mujeres que al revés, y tal vez por eso son los que se esmeran por conquistar y ellas se dejan o no. Es decir, el hombre es el cazador y la hembra la presa pero es precisamente el rol activo viril y el pasivo femenino el que las empodera porque ante los avances masculinos es la que decide, juzga, premia o castiga, rechaza o se deja atrapar. Ella es el premio, no él. Esto puede ser muy frustrante para los igualitarios pero es la realidad y pese a los constantes intentos feministas para invertir esa relación, pocas mujeres lo hacen. Eso sí, a las que pican, les arruinan la vida.

Esta larga perorata creo que es una introducción necesaria para apreciar en su justa medida "Pagafantas", una comedia vasca, que viniendo de algunos de los participantes de esa auténtica joya del humor, "Vaya Semanita" (2003-2013, en su primera etapa), Borja Cobega en la dirección y Gorka Otxoa como actor principal, es suficiente garantía de risas aseguradas. Y lo es porque se atreve, como hacían en el mencionado programa de la ETB, a contarnos la realidad, por muy políticamente incorrecta que sea. En este caso, que somos los hombres y diría que prácticamente todos, al menos alguna vez, los que hacemos el idiota, nos esforzamos, caemos en el ridículo y nos toca ejercer de pagafantas ante la chica que nos gusta. Por ese camino, la película cumple con creces con muchas situaciones que te arrancan carcajadas o al menos sonrisas. Sin embargo, tiene una idea tan poderosa que su falta de ambición le resta valor. Borja Cobeaga ha privilegiado el lado cómico en detrimento del romántico y también del dramático del tal forma que su impacto, esa tensión casi trágica entre el amante desesperado de escaso poder de seducción y la chica ideal, una belleza que está fuera de sus posibilidades, se ve amortiguado seriamente. A "Pagafantas" le hace falta como media hora mínima de metraje, para desarrollar con más intensidad la historia de amor. Tal y como queda no estoy seguro si Chema (Gorka Otxoa) se ha enamorado o tiene un calentón. Del mismo modo, no creo que el comienzo sea el mejor, con una relación demasiado espontánea y novedosa para justificar el comportamiento del protagonista, ni tampoco el desenlace, que aunque no es malo, reclama algo más: SPOILER.

Pasé muy buen rato con esta tierna y graciosa historia de un chico que, como muchos otros, ha de conformarse con ser el mejor amigo de la chica que le gusta.

Como habría de esperar él es un buenazo que soporta lo mejor que puede que la chispeante argentina que se presenta en su vida pase de él como hombre. Las caras del protagonista son impagables y también a destacar esos flashes a lo National Geographic que, ya desde el minuto 1 nos ayudan a detectar ciertos géneros y rituales de cualquier pagafantas al uso.

A los que detesten el cine español decirles que casi seguro que si ven ésta no se arrepentirán. Hasta se hace corta, así que no tendrán excusa.