El cuaderno negro

Es como una scary movie sobre la época de la revolución francesa. No llego a saber si los actores son malos a propósito o nadie, de todo el equipo que implica una película, es capaz de darse cuenta de la falta de guión coherente y de esos actores peores que cualquier niño en la función del colegio.

No es fácil hacer un comentario de este film acertando en la impresión que da. Y es que, en un primer vistazo, y observando tan solo sus imágenes, sin reflexionar nada sobre lo que se ve, parece todo ridículo, excesivo. Pero hay que tener en cuenta el material y la forma en la que está contado todo.
Y es que es un folletín, eso dicen quienes la han visto y es cierto, pero parece que no se tiene en cuenta mayoritariamente, que Valeria Sarmiento se toma muy serio que lo es y por ello compone con un sutil humor diversas escenas donde el personal se ríe pensando que están mal rodadas, cuando ella es muy consciente de ello. Por ejemplo la escena en la que se pide un médico y de súbito aparece un personaje que dice que lo es. Y no digamos nada del final de la peli.
Es por ello que creo que hay tener en cuenta dichas cuestiones para valorarla en sus justos términos, lo que no quiere decir que la cinta sea buena, ya que carece de fuerza y el argumento no es de por sí muy interesante que digamos.Se puede valorar positivamente la fotografía, (nada menos que en un precioso Technicolor) y la ambientación en general, amén de la belleza de la actriz protagonista.
Por lo demás, es de fácil olvido y no contiene nada especialmente plausible. Ahora bien, curiosa, un rato. Y respetable, claro..

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El pistoletazo de salida llegó a las 09:30 en la primera fila del Victoria Eugenia con una de las películas más peculiares de la Sección Oficial: El cuaderno negro/Le cahier noir, dirigida por la lusa, editora y viuda de Raoul Ruiz. La Francia del Siglo XVIII experimenta el ocaso y último capítulo de su nobleza, a punto del estallido de la Revolución Francesa y la llegada de Napoleón. Un huérfano de diez años y su criada italiana desarrollan un intenso romance incluso tras su separación temprana y años de crecimiento, madurez y vida en separado. Esta historia de intrigas y líos palaciegos se desarrolla durante décadas entre Roma, París, Lisboa o Londres. Cine extremadamente clásico, diríase trasnochado y una locura para proponer y llevar a cabo en un panorama cinematográfico que nada tiene que ver en sus preceptos narrativos y formales, suponiendo un ejercicio de estilo que es un vestigio de un cine que ya no se hace. Un folletín novelesco, culebrón reposado de tazas y pelucas. Una película honesta consigo mismo y con su dispositivo, que muestra un argumento rico en sucesos y personajes que no cesa de moverse. Pero estas virtudes son literarias, y no son trasladadas con energía ni personalidad a la gran pantalla. Es este un filme acartonado, absolutamente lejano a cualquier tipo de pulsión de realidad. Cine óleo, de un estilo visual de planos eternamente fijos, frontales, enfocados y con focazo de luz sobre caras y vestidos que a un servidor se le atragantó por completo. Que en un lenguaje tan rico como el cinematográfico se opte por una apuesta tan escasa en sugerencias o capacidades expresivas nos resulta de una pobreza incomprensible. Una aproximación del gusto de la crítica más cerebral y ceñida al concepto que se aleja por completo de los fines últimos que una buena película logra: emociones fuertes y espacio en el recuerdo. He aquí un filme frío, que por sus tempos y manera de presentar la narración fue incapaz de producirnos interés en su relato, por mucho empeño que pusiéramos. Una de las películas que menos nos agradó de toda la semana. No produce radical rechazo, ni fervorosa admiración, tan sólo indiferencia.

Personalmente a mí sí me gustó esta película, los dramas de época siempre me han resultado impresionantes y esta propuesta ambientada en el siglo XVIII durante la Revolución Francesa me parece bastante interesante.

En cuanto a la fotografía, la ambientación y todos esos valores estéticos cinematográficos están de 10, la dirección me parece la adecuada al igual que las actuaciones; y si estoy consciente de que es una historia típica y cliché de romance rosa...pero me fascinó sobre todo el discurso feminista y la mirada femenina que se construyen a través de la trama.

EL CUADERNO NEGRO (Portugal, 2018)

SINOPSIS ARGUMENTAL

Con la muerte del conde que le da acogida, el pequeño Sebastián y Laura, la joven que lo cuida, pasan a ser acogidos por el íntimo amigo del conde, el marqués de Lusault. A partir de ese momento, diversos avatares, sentimentales y sociales, van minando el estrecho vínculo que une a Laura y Sebastián, dos seres desvalidos y sin anclajes familiares conocidos, hasta terminar dando lugar a su separación. Una separación que se prolongará durante un largo tiempo, en el que no dejarán de sucederse acontecimientos que irán desvelando una buena parte de los misterios que se cernían sobre sus trayectorias vitales.

EN UN PÁRRAFO

En la mejor tradición folletinesca de esos finales del siglo XVIII en que se enmarca la trama, la cinta de Valerio Sarmiento desarrolla una historia plagada de las grandes pasiones que suelen poblar cualquier imaginario romántico que se precie (amores despechados, venganzas tardías, secretos familiares inconfesables…), utilizando para ello la peripecia vital de un conjunto de personajes que se convierten en la encarnación de arquetipos y roles encargados de dar soporte a ese catálogo de sentimientos y situaciones, con la Revolución Francesa al fondo, como un elemento más, no solo de ubicación histórica, sino de influencia dramática. ¿Problema? El tono, de una languidez rayana en la atonía, que da al traste con cualquier interés que la urdimbre narrativa pueda generar.

EN SU HABER

Poco que consignar. Si acaso, un trabajo de ambientación (decorados, maquillajes, peinado, vestuario) que revela buen gusto y cierto punto de cuidado.

EN SU DEBE

Que su inanición narrativa -ya se apuntaba en el resumen-, posiblemente en pos de una contención, que evitara la conversión de la película en un dramón desaforado -dado el punto trágico de sus grandes hitos argumentales-, termina transmitiendo una abulia -en interpretaciones y en recursos fílmicos- que llega a resultar exasperante y degenera en lo peor que le puede ocurrir a una cinta de este perfil: aburrimiento.

Que su trasfondo histórico, esa Revolución Francesa que influye decisivamente en el devenir vital de buena parte de sus personajes, esté dibujada de manera bastante insustancial y a base de recursos de imagen un tanto toscos, casi se podría decir que pueriles. ¿Falta de presupuesto o falta de ideas del equipo creativo?