Fuera de control

Todos nos hemos encontrado alguna vez al volante con situaciones desagradables con algún conductor agresivo, que por cualquier tontería decide fastidiarnos el día. Todo esto llevado al límite está mostrado en esta película de Derrick Borte.

Rachel Hunter no está teniendo un buen día, llega tarde para llevar a su hijo a la escuela, tarde para reunirse con su cliente más importante y no hace más que pelear con su exmarido. Es un mal día a punto de empeorar cuando su impaciencia en un semáforo la hace tocar la bocina y gritarle al conductor de la camioneta que esta delante. Esta idiotez provoca de tal manera a esta persona que comienza una persecución y hostigamiento en las que Rachel y su hijo tendrán que ingeniárselas para sobrevivir.

Una persecución tensa que durara casi todo el metraje del film, donde iremos conociendo a este psicópata parecido a Rutger Hauer en "Carretera al infierno", donde el guionista de "Disturbia" y "Vuelo nocturno" Carl Ellsworth hará lo posible por exagerar bastante las situaciones para que nos mantengamos pegados en la butaca.

El ganador del Oscar por "Gladiator" Russell Crowe (que lleva camino de parecerse a John Goodman) interpreta este tipo violento que parece que no tiene nada que perder, un buen papel, ya que resulta muy creíble por lo amenazante y peligroso que resulta. Por otro lado Caren Pistorius es la frágil madre que intentara salvarse ella y a su hijo de este loco al volante.

Como entretenimiento resulta un thriller potente, pero poco más, ya que la historia claramente te recuerda ya a otras películas. Tienes que dejarte llevar por muchas cosas difíciles de creer, pero esto entra dentro de la magia del cine de evasión.
Destino Arrakis.com

Salvaje es un trepidante thriller hecho sin grandes pretensiones de absolutamente nada pero terriblemente eficaz en su intento de generar adrenalina durante hora y media. La idiotez humana queda reflejada en los títulos iniciales con cierta presencia de los dispositivos digitales y móviles que tanto protagonismo tienen en la película y que nos están dejando el cerebro como una cocina de Pesadilla en la cocina: lleno de mierda.

El comienzo supone la dura y feroz carta de presentación del personaje de Russell Crowe que es la de un hombre hastiado de la vida y de la gente que siente que ya nada tiene que perder y esto lo convierte en una bestia humana muy peligrosa y pesada. Por otro lado están Rachel (Caren Pistorius), una joven madre un poco torpe y desastre, y su hijo. Crowe interpreta a esa clase de tipo al que nadie debería de enfadar y Rachel comete la torpeza, más por orgullo que por razón, de no reconocer un error o dar unas “simples” disculpas ante un hombre que en ese momento es un vaso lleno de agua y Rachel es esa gota que lo colma.

La película se ha comparado, acertadamente, como una mezcla entre El diablo sobre ruedas y Un día de furia y aunque es posible que se sitúe un escalón por debajo, lo cierto es que no desentona e intenta usar sus armas para brillar con luz propia y lo consigue gracias a su mayor valor: Russell Crowe. Da igual esté como esté y haga lo que haga porque es un actorazo con un gran magnetismo que siempre consigue atraparte y… que te pongas de su parte aunque estuviese impartiendo una coferencia sobre micromachismo y patriarcado. Esto hace compensar la previsibilidad de Unhinged a pesar de contar con algunos pasajes más atrevidos.

Lo mejor de la película es su capacidad para entretener al espectador y el tratamiento del ritmo y la acción que la hacen funcionar bien como bloque, sin embargo, su final es lo menos creíble por la forma de desarrollarse y más si hablamos que lo que sucede es cuerpo a cuerpo, es decir, a cojones. Y atentos a la última escena porque podría sacarse más de una conclusión y no todas serán del gusto de los que gasten la piel más fina que un pétalo de flor.

P.D: Mis condolencias a la familia de la señora que iba pintándose los ojos para estar mona mientras conducía, pero la verdad… ¡bien merecido!

Una oportunidad perdida ya que, indudablemente, este fime tiene elementos positivos que podrían haber hecho que se elevara de la media de las cintas donde un psycho killer (en este caso, pseudo) campa por sus respetos.
Comienza francamente bien, con un duro y aterrador prólogo, las impactantes imágenes reales durante los títulos de créditos iniciales y sigue mejor con el incidente por el cual se conocen cazador y presa. En estos momentos la cinta es intensa y promete hacer disfrutar.
Sin embargo, aunque tiene buenos momentos con espectaculares choques en carretera de diversos vehículos (todos ocasionados por la alocada persecución del malvado), la película comienza una deriva en el que se vuelve hasta monótona, a pesar de estimables escenas como la de la cafetería.
Pero todo se vuelve poco verosímil, con situaciones y momentos en el que la lógica desaparece hasta hacerla parecer increíble. Esto hace que vaya perdiendo puntos poco a poco, a pesar del lucimiento de dos intérpretes que lo hacen francamente bien: Russell Crowe y Caren Pistorius.
No aburre, eso es cierto, y tiene la duración adecuada, pero una vez vista se comprueba que podría haber sido bastante mejor.

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Si mezclas "Un día de furia" con el "El diablo sobre ruedas" y lo ruedas como un telefilm, sin muchas ganas, te sale esta película que si hubiese tenido un poquito más de fuerza habría sido un digno recuerdo, de las muchas que hubo en su genero, de psicópatas con manía persecutoria en los 90.

Mención especial a como los créditos iniciales resumen a la perfección la crispación de la sociedad actual.

Una cinta sin pretensiones que parece más una cámara oculta de un día libre de Russel Crowe. Lejos quedan sus días de "Gladiator" y "American Gangster". Este producto es tal vez la más alocada y divertida cinta de sobremesa que he visto en tiempo. Pero justo eso: de sobremesa. No esperes mucho y puede que seas vacuamente recompensado con al menos hora y veinte largas de antídoto contra el aburrimiento. Lo mejor de la cinta: que al menos todo el equipo al completo sabe a lo que viene a la hora de ponerse a trabajar aquí (además de la escena en la cafetería).