Noche de angustia

Esta es una película edificante. Ejemplo de Mujer, muestra fidedigna de cómo asumir una profesión humanitaria, y símbolo de dignidad a toda prueba. Anne Lee me llega al alma y me anuda el corazón con esa altura de carácter, esa inagotable capacidad para cargar con cualquier responsabilidad con la que pueda dejar intacto a un ser querido o a una amiga, y aún con esa presencia de mujer fina, de impecable belleza. Me conmueve con su vocación para servir como enfermera a la humanidad aún en las más críticas situaciones y con esa perfecta capacidad para entender, y aceptar sin objeción alguna, lo que bien sabe son designios de la Providencia.

Desde “Calle de abolengo”, no veíamos a George Stevens tan bien asentado como vuelve a estarlo con esta historia de emociones, amistad, respeto por el otro, perdón y solidaridad, que brotan tan sólo por el deber ser, que tendríamos que haber entendido ya todos los humanos. Y él sabe contarla con mesura, con sobrias actuaciones y con una ambientación calculada y en su justo lugar, bien acorde con las necesidades de cada situación.

Basada en la novela “Velando en la noche” del notable médico y escritor escocés A. J. Cronin (Archibald Joseph Cronin, 1896-1981) a quien también le debemos “La ciudadela”, “Las llaves del reino” y “El jardinero español”, por citar sólo las que se hicieron famosas en el cine, “NOCHE DE ANGUSTIA” es una película que deja huella cuando vemos transcurrir la historia de esa enfermera profesional que -tras ser expulsada del hospital donde ejercía con empeño su labor, al asumir como suya una falta cometida por su hermana Lucy, en vísperas ésta de graduarse- prosigue en la lucha dispuesta a servir y a soportar con estoicismo cualquier eventualidad que la vida le depare. Que bien se sabe que si lo haces con amor, un día cualquiera, la justicia humana o la del universo, traerán de nuevo la luz que nos merecemos.

Carole Lombard, logra como Anne Lee, uno de los mejores y más carismáticos papeles de su carrera, y está perfectamente secundada por Brian Aherne, como el Dr. Robert S. Prescott, el hombre que la respalda mientras, gradualmente, ella se va metiendo muy hondo en su corazón. Anne Shirley consigue también un sensible rol como Lucy Lee, la infortunada hermana que se debate entre renunciar definitivamente a su profesión o asumirla como se debe. Y también veremos a un joven Peter Cushing (el eterno Dr. Van Helsing en los filmes de Drácula que protagonizaba Christopher Lee), como el novel esposo que no logra cumplir con sus promesas.

“NOCHE DE ANGUSTIA”, es un filme importante y aleccionador que reafirma a George Stevens como un director merecidamente ubicado entre los grandes.

Melodrama de Stevens en el que se rinde homenaje al coraje y a la abnegación de las enfermeras. También los médicos salen bastante bien parados. Sin embargo, Stevens, aun contando con la dulce y encantadora Carole Lombard (lleva admirablemente el peso de la película) y con una notable puesta en escena, no consigue emocionarnos hasta bien entrada la película. Y mira que el guión se podría decir que 'lo exige' desde la primera palabra. También la cámara lo pretende desde los primeros planos. Pero no. Hay que esperar hasta casi el final para emocionarnos de veras. Es la interminable y angustiosa vigilia de la enfermera, con los niños observando desde sus cunas sus denodados esfuerzos, la que nos conmueve profundamente. Faltaría más. Pero al espectador, creo, le sabe a poco. Quizás porque sólo Carole Lombard ha transmitido adecuadamente. Quizás porque Stevens no ha estado a la altura.

Resulta cuanto menos extraño que una película tan sólida como es esta, sea tan desconocida para el gran público.
La historia, centrada en la enfermería de los años 40, es de una realidad y conmoción aplastantes y las interpretaciones son dignas de los grandes actores que las interpretan.
Una magnífica obra, casi desaparecida, del cine de mitad de siglo XX que debiéramos recuperar.

Sensible y asordinado canto a la infatigable labor de las enfermeras en una contenida pero destacada interpretación de Carole Lombard que enmarca el relato de una enfermera cuya integridad y discreción le atraerá paradójicamente numerosos problemas para proteger a su hermana cuyo descuido provocó la muerte de un niño. Película llevada con pausado pero absorbente ritmo, es una entretenida, pequeña y modesta producción, con virtudes de gran película que la elevan sin estridencias sobre una historia que aspiraba a la medianía. El retrato es tal vez exagerado en su visión casi inhumana de una enfermera como un ser de interminables perfecciones, pero la excelente labor del resto de actores con Brian Aherne, dando vida al médico, el magnífico papel de la enfermera jefe interpretado por Ethel Griffies o la aparición del Peter Cushing en uno de sus primeros papeles junto a la sentimental pero efectiva música de fondo de Alfred Newman y la suma de algunas escenas de alto nivel como la de la curación, rodada con brillante sensibilidad, convierten a esta obra en un pequeño clásico a no olvidar.

Sobrio melodrama de George Stevens, todo un artesano, con una soberbia interpretación de la malograda Carole Lombard.
A pesar de sus buenas intenciones, lo correcto de todo el elenco y una magnífica fotografía y ambientación, la dirección es tan neutra que no se consigue emocinar, tan sólo en el último tercio con unos planos casi expresionista de rostros de niños enfermos vigilados por la abnegada enfermera hacen que despierte el interés más allá de lo meramente correcto.

Se deja ver con facilidad pero le faltan esos momentos destacables, más allá del pequeño momento que destaco para prevalecer como un clásico, como si lo es su coetánea "La ciudadela" a la que se le asemeja temáticamente.