¿Adonde fue el amor?

Después de 18 años de estadía en las toldas de la MGM, donde cosechó éxitos como “Johnny Eager”, “The postman always ring twice”, “The bad and the beautiful” y otros, para la bellísima actriz Lana Turner, comenzó una suerte de mala racha cuando la productora decidió rescindirle el contrato; se presentó luego el divorcio de su ¡cuarto marido!, el tarzanesco Lex Barker… y tras un momento de luz, cuando fue nominada al Oscar -por primera y única vez- gracias a su aparición en “Peyton Place”, a su vida entra un oscuro personaje llamado, Johnny Stompanato Jr., ex-infante de marina, ex–guardaespaldas de un gánster y gigoló con predilección por las estrellas de cine, y con él sostiene una relación tormentosa que terminaría la noche del 4 de abril de 1958 cuando, al verlo golpeando a su madre, la niña Cheryl Crane de 14 años, lo apuñala en el estómago y lo mata.

De nuevo, con ese eterno propósito de hacer desaparecer la página y hacer que el lector entre plenamente en sus historias, y sufra y ame con sus personajes, el escritor Harold Robbins se inspiró en este suceso de la vida real y así surgió “Where love has gone” (1962), novela que, como “Los insaciables”, entraría en la lista de los best-sellers (14 semanas en el New York Times) y que, como era de esperarse, de inmediato interesaría a la industria hollywoodense.

El guion de John Michael Hayes, convertirá a Nora Hayden en Valerie Miller y con otras variaciones -y contracciones- se tratará esta vez del ex-mayor del ejército norteamericano y ahora arquitecto, Luke Miller, quien, con entusiasmo procura abrirse camino… hasta que conoce a la artista (aquí escultora) Valerie, cuya madre, más que ella misma, se siente tan encantada con la personalidad de este hombre que, desde entonces, procurará conseguirlo para su hija, pues, manipular y salirse con la suya, es cosa que ha hecho toda la vida.

Empieza así, un fuerte drama, donde sobresale la eficacia y la altura de sus diálogos, y sobre todo un potente estudio de la manipulación paterna y la suerte de daños que suele producir en la vida de quienes son sus víctimas. No por nada, para el rol de la madre se eligió nada menos que a Bette Davis, actriz portentosa que, de nuevo, se luce como la empresaria de éxito queriendo que los suyos hagan lo que se le antoja… ¡hasta ser ella quien ponga el nombre a la nieta!

Un fuerte choque de caracteres y la lucha por ser libre y auténtico en medio de grandes influencias y desventajas, confluyen en un significativo drama que vale la pena ver más de una vez y, sobre todo analizarlo concienzudamente, sobre todo si se es víctima de hechos semejantes. Estas cosas, para el director, Edward Dmytryk, significan mucho más que el sensacionalismo del hecho en que se ve inmiscuida la hija de la artista, y los matices humanos de sus personajes, cobran vida propia consiguiendo tocarnos unas cuantas fibras.

En detrimento, algún punto frío durante el proceso matrimonial, pero, la historia no tarda en atraparnos de nuevo y habrá momentos de gran fuerza emotiva que mantendrán la historia en alto hasta su desenlace.

Para bien de este nuevo logro de Dmytryk, el filme cuenta también con la brillante Susan Hayward, actriz cuya baja estatura supo compensar siempre con un acerado carácter y un encanto irresistible; y Mike Connors (el futuro Mannix de la serie de tv), muy ajustado a su personaje de hombre emprendedor y padre con afanes de redimirse, pero quien las verá negras siempre que su “querida” suegra se interponga en su camino. Como Danielle Miller, la chica que entrará a cambiar la historia de esta familia, Joey Heatherton, una estrellita a la que, nueve años después, veríamos en todo su esplendor en el malogrado filme de Dmytryk, “Barba Azul”.

Título para Latinoamérica: CUANDO EL AMOR SE VA

Excelente argumento que se inicia con una larga retrospectiva de impecable factura y que posee una enorme capacidad de fabulación.
La historia está contada con elegancia y sutileza, los intérpretes fluyen por la pantalla con absoluto dominio de cada gesto, el ritmo encuentra una cadencia persuasiva y la perfecta ambientación encuentra el camino para que el espectador se sienta cautivado.

Sin embargo, su intensidad y coherencia narrativa resultan irregulares y en el patio de butacas se suscita cierta sospecha en el sentido de que se les ha ocultado la información que pueda justificar determinados cambios de conducta por parte de los protagonistas.
Ese tipo de recursos siempre provoca decepción aunque se utilice en aras de una mayor espectacularidad.

Muy buena la interpretación de B. Davis y S. Hayward

Melodrama al uso de las novelas de Harold Robbins.
Es una adaptación de John Michael Hayes de la novela del autor de muchos best-sellers de la época y supongo que extrae todos sus folletinescos elementos.
En su día supongo que tuvo éxito, en parte por su estupendo elenco interpretativo, en parte porque es elegante y sofisticada, amén de que tiene de todo: amor, intriga familiar, celos, caídas a los infiernos, homicidios y vistas ante el juez. Todo en poco menos de dos horas que se hacen entretenidas pero que, viéndola hoy en día, diciembre de 2020, queda en algo añejo y sin la fuerza dramática de antaño.
Todo se ve sin pasión ni gran interés, dado que las situaciones ya se han visto en numerosas películas y sobre todo series televisivas. Repito, en su día sería otra cosa, pero ahora todo queda algo avejentado y sin la chispa que tuvo en su época.
Se ve sin problemas, eso sí, y se olvida con facilidad.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

Típica adaptación de uno de los muchos best sellers realizado por Harold Robbins que reúne todos los elementos claves de su obra: sexo, poder, lujuria, enfrentamientos familiares, alcoholismo, infidelidades y un montón de personajes recitando diálogos fuertes para la posteridad.

En esta ocasión se centra en la vida de Luke Miller, un arquitecto que, después de la Segunda Guerra Mundial, consigue abrirse paso casándose con una bella mujer en contra de los deseos de su madre. El paso de los años hace de él un hombre infeliz que se refugia en la bebida como la única solución a sus problemas matrimoniales. Recordada por su reparto femenino –Susan Hayward y Bette Davis– para mí, gran interpretación de ambas, y la canción principal de Sammy Cahn y Van Heusen, por la que la pelicula fue nominada, y siempre se dijo que Robbins escribió la novela amparándose en el suceso que conmocionó a Hollywood cuando, en 1958, la hija de Lana Turner disparó a su posesivo amante, el gángster Johnny Stompanato. Muy entretenida aunque muy dramática. Un 7.